SÍ, PERO NO

Durante días pasados hemos sido inundados con un mensaje y un video de Hal Turner alertándonos sobre un compló para devaluar el dólar e imponer el Amero como moneda de una nueva hegemonía de Canadá, EU y México.

Aunque no acostumbro contestar ni reexpedir cadenas de mensajes, presentaciones de autoayuda ni cartas para romper el récord mundial de jaladas, en esta ocasión voy a tomar la oportunidad para tratar de rebatir la eficacia del borrego como servicio de mensajería y para promover el valor de una de las técnicas más eficaces y menos utilizadas de aprendizaje.

Para empezar, el Amero sí existe, fue una idea de Herbert Grubel, un mai canadiense que, en 1999 predijo que sería necesaria una moneda común para los tres países integrantes del TLCAN porque su comercio se iba a incrementar de tal manera que sus economías se verían niveladas en el largo plazo. 

En 2007, Daniel Carr, un diseñador, fabricante y comerciante en monedas conmemorativas, produjo una colección muy completa de Ameros, la moneda que él proponía para la UNA (Unión de Norte América).


Aquí les mando una imagen de la de a 100 Ameros de plata (agotada) y en esta dirección pueden consultar los inventarios que tenía de monedas de 2007 y 2008

www.dc-coin.com le pican en la categoría UNA Amero pattern coins y aparece el catálogo completo en todo su esplendor.

Exploren el sitio y encontrarán monedas conmemorativas serias y de cuanta vacilada se le ocurre a este Daniel Carr; ¡hasta hay una con su propia efigie! y aquí les dejo una imagen de una moneda muy sugestiva que él propone para reemplazar la de 25 centavos conmemorativa de NY. 










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La gente prefiere creer una mentira popular, que una verdad impopular
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El punto de esta gacetilla es que es increíble cómo un fulano, en el patio trasero de su casa, con una cámara de celular y sentado a la mesa del jardín, filma una bola de sandeces y miles de personas se lo creen sin chistar.

Y lo mismo pasa con otros temas que nos llegan; que si las afores van a dar a la cuenta de Elba Esther Gordillo, que si si alguien lamió la goma de un sobre y empolló huevos de cucaracha en la lengua, o que si se le paga un centavo de dólar por barril de petróleo exportado a la familia Cárdenas. Preferimos creer un buen chisme, que preguntarle a nuestro interlocutor: ¿de dónde sacaste tu información? -y ponernos a investigar a ver si es cierto.

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El pensamiento Crítico
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La respuesta a toda clase de afirmaciones confidenciales, secretas, lo-se-de-buena-fuente, aquí-entre-nos, en-petit-comité, en corto, y no-se-lo-digas-a-nadie, es: no lo dudo, pero no lo creo, déjame investigarlo.

La tarea de un mai es practicar e inculcar en los jóvenes que confían en nuestra sabiduría, el concepto de pensamiento crítico; ese desbalance cognoscitivo que nos asalta cuando alguien afirma algo que parece increíble, pero que no nos atrevemos a desmentir para no revelar nuestra ignorancia sobre el tema, y que respondemos como si lo hubiéramos sabido de antemano.

Pensar críticamente es un proceso mental que, de manera personal busca llegar a la verdad comprobable sobre un hecho, un conjunto de datos o una hipótesis. El pensamiento crítico es auto-dirigido, porque uno mismo decide hacia dónde dirigirlo; auto-regulado, porque cada quien invierte el tiempo y el esfuerzo que quiere; y auto-controlado, porque sólo uno sabe cuándo detenerse y quedar satisfecho.

Se inicia con una duda personal, con una pregunta interna, con un problema; la mente busca en sus archivos los supuestos que tiene conocidos y que considera como ciertos y trata de responder al problema; pero no puede; entonces va y busca datos, hechos, experiencias, observaciones que se convierten en información; ésta se procesa internamente hasta definir generalizaciones, hipótesis, axiomas, leyes, principios y modelos que conforman conceptos.

Un conjunto de conceptos nos lleva a inferir conclusiones y soluciones, es decir: interpretaciones; y de ellas saltamos a pronosticar implicaciones y consecuencias de las respuestas dadas al problema original. La respuesta a éste puede ser: "en efecto, eso que dices es cierto, ya lo comprobé de esta u otra manera", o bien, puede ser una mirada de "pobre loco, no sabes que ya se te fueron las cabras al monte".

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¿Qué hacer cuando nos quieran vender al chupacabras?
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Primero, hay que aprender a decir: sí, pero no. Esa frase le dice a nuestro interlocutor que lo reconocemos como integrante de la especie humana, pero que no aceptamos lo que nos quiere vender. Es muy útil también para contestar llamadas telefónicas que ofrecen viajes gratuitos a Can-Cun, tarjetas de crédito y plomeros a domicilio.

Una vez libres del vendedor de chupacabras usadas con poco kilometraje, hay que preguntarse si lo que nos dicen está sustentado en hechos comprobables, si nos están dando sus fuentes de información y si las podemos consultar independientemente. Ya de remate, hay que preguntarse si vale la pena investigar y desmentir lo que se nos dice; si algo suena descabellado o lleno de sospechosismo, lo más seguro es que sea falso, y que sólo sea un chisme de tantos que hay. Eso no vale la pena de creerlo, ni de investigarlo y menos de reexpedirlo a toda nuestra lista de contactos de correo.

Hay que ser como Tomás Dídimo (el mellizo). ¿no sábes cómo? checa el nuevo testamento; está en Juan 20: 24 y 25

El mai

¿DE QUÉ COLOR SON LOS SUEÑOS?

Tal vez la pregunta correcta sería: ¿de qué están hechos los sueños?

En principio, los sueños están hechos de recuerdos que andan sueltos por ahí, en la mente; son como recortes de la realidad que se van acumulando en cajones poco frecuentados del escritorio. Un día, o mejor dicho: una noche, el organizador-barrendero del inconciente se los encuentra y se pone a ordenarlos por tamaño, por antigüedad, por color o simplemente por la forma del recorte.

Entonces, ya que están ordenados, según el intendente, los cose uno junto al otro y nos los pasa por la parte del cerebro que recopila y evoca las imágenes; a veces les agrega sonido, y muy rara vez les pone sabores u olores. Y soñamos. 

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La vida según Spielberg
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En los sueños más realistas somos personajes de una trama muy coherente, que tiene mucho sentido; donde los personajes forman parte de nuestra vida cotidiana actual o pasada, que se ven muy reales y que actúan conforme a un guión que se parece a algo que acabamos de vivir o que quisiéramos haber vivido de otra manera.

A veces soñamos como espectadores mudos de los acontecimientos; sentimos el impulso de actuar, pero no podemos; nos frustra la ineptitud de los personajes, les gritamos y no escuchan; les decimos y no entienden. Despertamos agitados y hasta cansados.

En otros sueños, el intendente pone los recortes que le sobraron de sus limpiezas anteriores y nos los avienta a la cara todos revueltos; es entonces cuando aparece la reina Isabel de Castilla, con cara de la Gordillo, en la caja de un banco medieval, exigiéndonos la mensualidad del yate que usamos para descubrir la estación Marte del tren suburbano. Bueno, esas son mis pesadillas cuando cometo excesos con la comida.

El caso es que soñamos para revisar el contenido de los cajones olvidados de la mente; que conectamos los recortes encontrados con pedazos de la realidad reciente; que la mente hace un esfuerzo por darle coherencia a los pedazos, y que casi nunca lo logra.

Otras veces soñamos con lo que deseamos, con lo que nos hace falta, con lo que nos gustaría que fuera de otra manera, o hasta con quimeras inalcanzables. Hay quien dice que por eso la vida es un sueño, porque la pasamos pensando en lo que no tenemos; aunque otra manera de verlo es decir que los planes son sueños con fechas; es decir, jamás podríamos formular un plan eficaz si primero no tuviéramos una idea clara de lo que queremos.

En una revista científica de esta semana salió un artículo mencionando que las personas más jóvenes sueñan a colores, mientras que los viejos soñamos en blanco y negro; este fenómeno se lo atribuye al tipo de televisión que los entretuvo en su infancia: en blanco y negro a los mayores de 55 años y a todo color a los venteañeros. 

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Los sueños según Hollywood
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No se si tenga algo que ver que yo ni tele tuviera, o si antes de dormir fumaba palmeras viendo pasar las nubes por el cielo, el caso es que yo siempre he soñado a todo color, incluyendo algunos matices que no existen en la realidad; que sueño en pantalla iMax, en 3D, en alta definición y con sonido 5.1 Sens-a-round con Dolby digital. 

Mi hipótesis de trabajo es que la lectura nos obliga a formar imágenes mentales; que este ejercicio de construcción las coloca ordenadamente en gabinetes bien clasificados, que los recuerdos se acumulan a las imágenes reales o sintéticas, que los recuerdos incluyen sonidos, olores y texturas y que se puede soñar a voluntad con quien uno quiera, lo que uno quiera y cuantas veces quiera.

¿Que no? platíquenme lo que sueñen la próxima vez que coman un plato de frijoles con veneno, cinco chuletas de cordero y diez gordas de chicharrón machacado, para que vean si no sueñan que La Virgen les habla.

Por eso los guajolotes cuando duermen, sueñan en pavoreales.

el mai

VIVIMOS EN LA ERA DE LOS DATOS

Yo se que todo, o casi todo, el conocimiento actual está, al menos superficialmente tratado, más o menos bien, en internet; también se que nuestros discípulos lo saben y que lo argumentan como excusa para no tener que aprender nada, o casi nada; y también se que esto es cierto... que no tiene caso memorizar datos que pueden ser encontrados en wikipedia, o en cualquier otro sitio subdesarrollado, como antes se los encontraba en el diccionario o en la enciclopedia.

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Sube la temperatura
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Y a veces ni siquiera hay que buscarlos, estamos inundados, asfixiados, saturados, permeados, tapiados, incrustados, forrados y rellenos de datos. Prende uno la tele y cualquier noticiario nos dice que la temperatura es 26.4 º C, así, con precisión de una décima de grado; yo no pongo en duda el poder de resolución de los termómetros modernos, aunque dudo que algunas televisoras hayan seleccionado sus termómetros en base a la tecnología o el poder de resolución de sus termistores; lo que digo es que el ser humano difícilmente distingue la diferencia en un grado de temperatura, y ciertamente no distingue un décimo de grado. 

La pregunta es: ¿de qué sirve el dato de temperatura con un decimal? ¿me tengo que apretar la bufanda con un fuerza adicional de un newton por cada décimo de grado que baja la temperatura? ¿me aflojo la corbata 5 mm por cada décimo de grado que sube?

Como la temperatura, así recibimos infinidad de datos altamente precisos y profundamente misteriosos para nuestras vidas pedestres y mortales: el índice Dow-Jones bajó 128.00 el viernes pasado; Rafa Máquez recibió una tarjeta amarilla en el minuto 74.22 del partido del Tri contra Jamaica. Ya nada es verdad, a menos que traiga varias decimales.

El problema no es la inmensidad de datos que nos rodean, o dónde buscarlos; el problema es cómo discriminar lo que es útil de lo que es lastre y, habiéndolo separado, hay que almacenarlo en alguna parte de la mente para poderlo recuperar cuando sea necesario. Pero aquí no acaba el asunto.

Suponiendo que uno tiene un sistema prodigioso de memoria, ahí están los datos relevantes, muy serios en su tarjetero mental con orejitas verdes ordenadas por asunto y en orden alfabético, y ¿ahora que? Si uno no sabe qué es el índice de capitalización de un banco, menos va uno a saber que lo recomendable es que no baje de 8 % y todavía menos se da uno cuenta de que BBVA anda en 16.06 %. 

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Todo está en la red
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Es cierto, tooooooodos los datos que existen, tarde o temprano estarán en internet, pero lo que uno necesita saber es qué significan esos datos, cómo se relacionan con otros tantos estupillones de datos que hay disponibles; cómo podrían afectar su vida, la de su familia o la de su negocio y, lo más importante: ¿qué puede uno hacer para evitar daños o para aprovechar las oportunidades que tales datos representan?

Ya hay datos, ya fueron seleccionados, reprocesados y convertidos en información y ahora ¿qué?. Entran en juego los conocimientos. Hay que interpretar la información; por muy bien presentada que esté, siempre se requerirá una o dos neuronas para entender qué significa y, sobre todo, cómo se realaciona con otra información disponible. Va un ejemplo:

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No me toquen ese vals
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El calentamiento global ha producido una nube mundial de datos, comentarios y amenazas. Hay decenas de sitios en la red con información desde científicamente fría hasta apocalípticamente desastrosa; todo parece indicar que el culpable es el CO2 y otros gases producidos por la quema de bosques, por la tala urbanizadora, por la industria y el transporte. Ahí está la información y los comentarios no faltan; sin embargo, faltan dos: nunca, o casi nunca escucharemos la cifra de CO2 producida durante la noche por la vegetación, incluyendo los extensísimos cultivos de alimentos, que resulta ser más grande que lo producido por toda la industria y el transporte juntos  durante la noche, y el otro comentario que falta es decirnos cómo sería la vida sin industria y sin transporte.

Si alguna vez has estado en un apagón prolongado, te darás una idea de lo que pasaría si dejáramos de usar nuestras elegantes SUVs, nuestro TiVo, el micro (no el microbus, sino el microondas); ahora agrégale que para comprar lechugas tendrías que ir (a pie) a donde las cultivan o cultivarlas en el roof garden de tu depa en Santa Fe o en San Pedrito; ¡ah! y nada de internet, celulitis ni ipods. 

¿Te imaginas un universo sin el Mail del mai? -sería horrible, pero, a ver, demuéstrame que este argumento es falso, a ver, a ver... porque yo no he oído a nadie hablar a favor de instalar nuevas plantas nucleoeléctricas por si el congreso de la desunión no aprueba la reforma a Pemex

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El secreto
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Esta es la fórmula que hay que dominar para acallar a los falsos profetas como el mai: hay que reunir datos relevantes y convertirlos en información, saber juntar la información y convertirla en conocimientos y saber resumir los conocimientos para convertirlos en sabiduría.

Y así, actuar con sabiduría

El mai.

NUEVAS IGNORANCIAS

El otro día, leyendo algo sobre la evolución de la cultura, los valores y la civillidad, me di cuenta que soy más conservador que Clemente Jacques.
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Me explico:
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El ser humano ha vivido en permanente cambio desde hace uuuuuu de miles de años; la cultura actual es el resultado de esa evolución; por ejemplo, el color de la piel ha cambiado conforme el ser humano se movió de los lugares permanentemente soleados a los parcialmente iluminados; con ello cambió el color, la cantidad y la forma del cabello; los ojos se fueron haciendo más claros, etc.

Los cambios físicos son invencibles; el ser humano se adapta a su medio.

Pero los cambios culturales no son inevitables, los fabricamos nosotros, a veces intencionalmente, y a veces no tanto. A veces son mejoras y otras son retrocesos. Cada generación produce al menos un cambio; lo hicimos nosostros, lo están haciendo nuestros hijos y lo harán nuestros nietos y sus hijos.

La evolución cultural produce nuevos conocimientos, nueva ciencia, nueva tecnología; pero también produce nuevas ignorancias. Por cada generación que avanza y domina la tecnología de su tiempo, hay por lo menos otra que se queda atrás disfrutando de sus nuevas ignorancias; ahí es donde se esconden los conservadores: los que nos alineamos a la derecha de Gengis Kahn, los que produjimos los cambios de nuestro tiempo, que nos aferramos a ellos y que tratamos inútilmente de resistir el empuje de lo nuevo.

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el lenguaje cambia
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Hay muchos frentes de cambio y de lucha; cambia la moda, el arte, la política, la economía y muchas cosas más. La que hoy nos ocupa es la evolución del lenguaje. El castellano se plantó como la futura lengua dominante a partir de 1307 (más o menos media hora) con la publicación escrita del Cantar del Mio Cid, que ya se había publicado antes en castellano en 1140, pero que no fue muy difundido, ni era fácil de entender, entre otras razones, porque el castellano no era hablado ampliamente y, por la razón que nos concierne en esta gacetilla: porque no estaba escrito siguiendo reglas claras de pronunciación o estructura gramatical.

La versión de 1307 tiene una característica importantísima: usaba un lenguaje fonético, que significa que cada símbolo escrito se pronunciaba siempre de la misma manera. La /a/ sonaba y suena siempre igual; no como en el idioma inglés, que a veces suena /ei/ y otras /a/.

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Cuatro letras: un sonido
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Y eso es precisamente lo que está pasando hoy: el lenguaje se está simplificando, y lo está haciendo porque a través de 700 años se fue complicando; por ejemplo, la /c/, la /s/, la /z/ y a veces la /x/ suenan igual (salvo en España, donde el sonido suave de la /c/ y la  z/ suenan como /th/); la /h/ no suena, excepto cuando modifica a la /c/ para sonar como /ch/; la /g/ y la /j/ suenan siempre suave y para que la /g/ suene fuerte hay que ponerle una /u/ que, a su vez, no suena si no se le pone diéresis.

La /k/ es extraña, hay pocas palabras con esta letra, pero escribir/que/ es complicado para un sonido tan simple; /guey/ no es lo mismo que /güey/; y aunque sólo existen 550 palabras con doble /ele/, su sonido coexiste con el sonido consonante de la /y/, de la cual sólo existen 200 palabras que la contienen (excluyendo las derivaciones verbales).

En fin, el punto es que el castellano, o español, se ha complicado; la /c/ y la /z/ sólo existen  para distinguir la diferencia entre palabras como /casar/ y /cazar/, lo cual puede ser diferenciado por medio del contexto. La /x/ va cayendo en otros sonidos como en /esamen/, /ekcepto/, / sacto/ y /toras/ por /torax/.

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no es lo mismo "mujeres sintéticas" que "mujeres sin teticas"
u: "hombres simbólicos", que "hombres sin bolicos"
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Los acentos ortográficos son otra pesadilla; si el 80% de nuestras palabras se pronuncian con el acento en la penúltima sílaba, o sea, son graves, ¿para qué queremos los acentos? obviamente que para indicar que no son graves, pero, ¿realmente lo necesitamos?¿no basta el contexto?

Queda claro que algo hay que hacer, y que ya está pasando. Cada 90 segundos son enviados un millón de mensajes de texto por telefonía celular; en ellos circula una corriente renovadora del lenguaje, la del límite de 160 o 250 caracteres por mensaje; esto, y el desgano para escribir, han disminuído el vocabulario, han ampliado el número de significados para la misma palabra y han sintetizado la manera de escribir cada una. Bueno, hasta la manera de escribir a máquina ha cambiado; ahora se escribe con dos pulgares en lugar de con dos índices.

Algunos ejemplos: 
Ç:-)     es un viejito calvo
(ll)      hamburguesa
:-!       fumando
aps     amigos para siempre
a.s      apuntes
sl2      saludos
a1k    aunque
xo    beso y abrazo

En un sitio encontré 11364 términos y 13428 significados y hay varios sitios que recopilan emoticones y términos SMS; no entenderlos es tener una nueva ignorancia... y eso es un lujo que un mai no puede darse. 

m ntnds? ¿me entiendes?
a10 adios

l my el mai