PEDAGOGÍA DEL ERROR

No, este no es un artículo crítico acerca de todos lo errores cometidos por las autoridades a cargo de la educación (ya que esta es una publicación de menos de 1200 palabras); aquí se trata de defender ciertos errores que cometemos en el transcurso de nuestra vida y las ventajas que un Mai puede extraer de ellos.


Para demostrar la cantidad de errores que nos rodean, basta decir que el concepto de error está representado por más de 40 vocablos en lengua castellana y otros tantos en Català.


Por su significado
Algunos se refieren a las fallas del pensamiento, como confusión, desacierto, disparate, equívoco, falsedad, fallo, falla, inadvertencia, inexactitud, irracionalidad, tontería (y otras peores), yerro...


Otros ubican las fallas del lenguaje como: batida, colada, coladura, dislate, errata, gazapo, lapsus, pifia, y otras más coloridas.


Cuando nos referimos a errores de acción o de proceder tenemos: defecto, desviación, desatino, desliz, descuido, distorsión, equivocación, extravío, patinazo, patinada, pérdida, regada, resbalón, tropiezo, pifia(segunda acepción), plancha, ...


La cuarta categoría se refiere al error voluntario; son palabras que describen la mala intención al cometerlo o de obligar a que otros lo cometan, especialmente si las consecuencias favorecen a quien lo induce: argucia, ardid, cochupo, componenda, encubrimiento, engaño, falacia, ficción, fingimiento, fraude, hipocresía, invención, mentira, manipulación, simulación, tergiversación, tongo, transa, truco.


Seguramente que tú podrás agregar algunas palabras más.


Por su orientación
El error también tiene direcciones; algunos pueden tener efectos destructivos, distorsionantes, y otros pueden ser estímulos de procesos constructivos. Son éstos los que nos interesa cultivar en la educación y aquéllos los que hay que evitar.


El proceso científico es una aplicación constructiva de los errores, por ejemplo, al comprobar la falsedad de una hipótesis, el tener un error menos, nos acercamos a la verdad.


El enfoque didáctico del error consiste en considerarlo como algo constructivo y hasta creativo dentro de los procesos de enseñanza-aprendizaje. Esto lo vemos en el aula cuando se sigue el procedimiento científico para la investigación y el descubrimiento. No importa que un concepto haya sido descubierto y comprobado hace mucho tiempo, lo que importa es que el discípulo lo re-descubra hoy por sí mismo.


En la educación
Se dice que “echando a perder se aprende”, y casi todas las disciplinas del saber humano incluyen prácticas y ensayos en condiciones seguras; por ejemplo, mediante simuladores.


En la práctica docente esto se traduce en actividades de prueba y error, de búsqueda y descubrimiento, de hipótesis y experimentación, siempre bien diseñadas y supervisadas, eliminando los resultados impredecibles o peligrosos. Aprender haciendo es uno de los mejores métodos educativos a cualquier edad.


El análisis de las causas de un error es otra manera de aprovecharlo en el aula; esto puede llevar, más allá del ámbito científico, a la comprensión de fenómenos sociales, al cambio de actitudes, y a la propuesta de soluciones.


Una ventaja, pocas veces aprovechada, es que el sujeto, a través del análisis de sus errores, se pueda dar cuenta clara de los métodos de comprensión que mejor le funcionan, dando paso a la metacognición: a saber cómo aprende.


Dicha reflexión sobre las causas y efectos fallidos es una parte muy importante de la evaluación académica, pero para que surta efectos útiles son necesarias dos acciones: primero, que el Mai invierta tiempo y talento en revisar las tareas y exámenes para hacer una evaluación detallada y positiva (no basta una raya roja en la diagonal de una hoja).


El descubrimiento, señalamiento y comentario individualizado constituye una buena realimentación de los fallos del discípulo, y ésto da origen a la segunda parte: el sujeto debe darse cuenta clara dónde está el error, por qué lo cometió , cuál es la respuesta correcta y qué debe de hacer para no volver a fallar.


Hablar de un modelo educativo basado en el error puede sonar raro y ser rechazado de inicio, pero, veamos cómo la manera de enfocar y de juzgar el error cambia el concepto.


Comparando pedagogías
Si al modelo existente le llamáramos pedagogía del éxito (PX), sonaría muy bien y hasta habría libros de auto-superación en las cajas de los restaurantes de comida rápida; hagamos unas comparaciones:


En la PX el error es una desviación de la norma, que pone de manifiesto una conducta inadaptada; es un elemento regresivo y perjudicial del aprendizaje, y es de carácter sancionable. 


En la pedagogía del error (PE) éste es un desajuste entre lo esperado y lo obtenido; es un elemento constructivo e innovador. En la PE, los errores son necesarios para hacer evidente la actividad y el aprendizaje, ya que sólo quienes no actúan, no cometen errores. Esto requiere aceptación y análisis del error.


Es claro que la vida profesional es poco tolerante del error, y que la educación debe ir reduciendo los márgenes de falla mediante procesos cada vez más seguros y certeros. En el caso ideal, nada debería de estar fuera de especificaciones, y todos los actos y decisiones humanas deberían ser perfectas... pero.


Aquí está la gran diferencia: para que el profesionista cometa sólo aquellos errores que sean debidos a la inexperiencia en un nuevo proceso, es necesario que su educación haya incluido suficientes prácticas de lo fundamental, como para que el sujeto sepa aprender y superar sus nuevos errores para poder prevenirlos.


El papel del Mai en este momento se reduce al de un facilitador y, posiblemente, al de un estimulante de ideas; si el discípulo descubre su propio error, se da una palma en la frente y exclama que es muy bruto, la misión descubridora del error se habrá cumplido; si, por el contrario, se escuchan gemidos, pretextos y acusaciones a culpables ajenos, el error volverá a suceder porque mientras haya excusas, no habrá responsables.


La relatividad del error
En los negocios, como juegos de suma cero, esto es muy evidente porque muchos errores ajenos, especialmente los que no son resueltos por sus autores, pueden ser convertidos en ganancias propias; lo que para unos es una amenaza, para otros es una oportunidad. Aquí es donde entra la creatividad; el error, por sí mismo, no favorece a nadie; antes de poderlo convertir en oportunidad, hay que ponerse el sombrero de la creatividad para encontrar soluciones, paliativos y vacunas contra él.


La sabiduría popular ha consagrado el optimismo en frases como: “míralo por el lado bueno”, “no hay mal que por bien no venga” o “todo tiene solución, menos la muerte”. Todos los idiomas tienen frases equivalentes o parecidas a éstas porque está en la naturaleza humana sobreponerse al error, aunque aprender de la experiencia y aplicarse a las soluciones no siempre es fácil.


Uno de los conceptos más bellos del estoicismo es que no importa cuántas veces cae uno, sino cuántas se levanta, porque uno no está derrotado hasta que se queda en el suelo. La especie humana siempre ha encontrado la manera de progresar a pesar de todo: glaciaciones, erupciones, inundaciones, sequía, hambruna, políticos y otros desastres, pero no sobreviven todos los afectados, sólo los que se levanten y afronten sus retos.


¡Claro que nadie experimenta en cabeza ajena!... pero sabio es aquél que deja que víbora pique al de junto”.


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NEUROGÉNESIS

Es casi seguro que hayas notado que hay personas que entienden una situación, un problema o un mecanismo más rápido que otros; también hay quienes son más hábiles para formular una estrategia, un plan o un simple programa con mayor eficacia que otros. Sin meterse en la discusión acerca de la inteligencia emocional o de las emociones inteligentes, es común decir que esas personas son "inteligentes"

Por extensión, también quienes aprenden un concepto o aplican una habilidad más rápidamente reciben tal etiqueta y, en algunos casos, quienes formulan las hipótesis más avanzadas y las comprueban por los métodos más rebuscados, también obtienen la tan preciada medalla de ser inteligentes.

A la muerte de A. Einstein en 1955, su cerebro fue estudiado en busca de explicaciones acerca de su avanzada inteligencia. Nada extraordinario fue encontado, excepto que era un poco más pequeño que el promedio; varias investigaciones en otros sujetos similares han encontrado que la inteligencia no está relacionada con la cantidad de materia gris, sino con su calidad.

Una de los principales determinantes de la inteligencia es la facilidad con la que las neuronas se comuniquen entre sí; según Martijn van der Heuvel de la U de Utrech en Holanda, los cerebros más brillantes no poseen más neuronas, sino redes neuronales más eficientes, es decir, las diferentes regiones del cerebro se comunican entre sí en menos pasos.

La eficiencia adicional explica el 30% de los casos con una mayor inteligencia. Por otra parte, las conexiones a través de la materia blanca, que no contiene neuronas, contribuye en la misma proporción al fenómeno, según indican los estudios de Hulshoff y otros de la UMC de Utrecht, Holanda.

Lo interesante de estos estudios es que comprueban que el volumen de las materias gris y blanca es hereditario, pero no comprueban que la masa focal de la materia gris, la que se identifica con la inteligencia, dependa de factores genéticos. Esto explica el hecho de que una pareja normal (perdonando la falta de un mejor adjetivo) pueda dar origen a genios de la talla de Einstein, Hawkins o Mozart; en otras palabras, la inteligencia NO es hereditaria, simplemente es una característica de un individuo.

Otro factor muy interesante es la funda de Mielina que envuelve a las fibras neuronales y cuya falla afecta la velocidad de transmisión de las señales eléctricas. Paul Thompson de la UCLA encontró una correlación entre el coeficiente intelectual y la calidad de dichas envolturas, medida en términos de conductividad eléctrica.

Realmente no se sabe con precisión cuánto contribuye la genética a la inteligencia; algunos estudios la cifran en 40% y otros hasta en 80%. Esta amplitud de estimados se observa en el estudio dirigido por Robert Plomin de King's College, Londres, donde comparó la inteligencia de 11000 pares de gemelos de cuatro nacionalidades, a diversas edades.

Los autores consideran que la conducta del individuo está cada vez más influenciada por la acumulación de experiencias  en el transcurso de la vida, y se concentran en la medición las habilidades cognitivas, como representación de la inteligencia global.

El estudio citado muestra que la manifestación hereditaria de las habilidades cognitivas, va aumentando con la edad: desde un 41% a los nueve años, hasta el 66% a los 17. Este hallazgo sugiere que la influencia del medio, concretamente de la educación formal, puede ser muy importante para el desarrollo de la inteligencia porque, a pesar de la "mala suerte" de haber nacido en tal o cual vecindario, la fuerza de los genes se va haciendo más evidente al ir creciendo el individuo.

No es que la influencia del medio o la educación aumenten las habilidades cognitivas, no, sino que la predisposición genética más el estímulo positivo del medio, las hacen más evidentes. Esto se debe a que, conforme crecen los discípulos, van aprendiendo no sólo el contenido de las materias, sino que también aprenden a seleccionar, modificar y hasta crear sus propias experiencias de aprendizaje basándose en su dotación genética.

Dicho estímulo positivo, o la filtración de lo negativo, del medio es tarea de los padres, y de los Mais; cada quien en su ámbito de influencia y en su especialidad, pero sin posibilidad de renuncia a la responsabilidad. El infante o el joven, en su crecimiento natural, podrán verse frenados, acelerados o indiferentes en el desarrollo de su inteligencia dependiendo de los actos de sus tutores.

En otras palabras: supongamos un infante cuyo potencial es de llegar a tener un coeficiente intelectual superior; en un medio indiferente posiblemente lo alcance de manera natural; en uno estimulante podrá rebasarlo un poco, pero en uno que lo lastre, podrá inhibirlo hasta un nivel muy por debajo de lo genéticamente posible.

Habrá quien diga que una persona es inteligente de manera natural, y es cierto, pero también es verdad que muchos podrían haber llegado a mejores marcas, si hubieran sido estimulados correctamente en las etapas críticas del realambrado neuronal.

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SI NO ME ACUERDO DÓNDE LO PUSE, NO EXISTE

Un aforismo clásico de la educación es aquél que dice que no se puede aprender a nadar (o a andar en bicicleta) por correspondencia, pero, como todos los apotegmas, esto sólo es cierto dentro de sus límites.

Si bien es claro que para llegar a ser un nadador o un cleto competente, hay que tirarse al agua o pedalear mucho, esto no quiere decir que sea la única manera de aprender los fundamentos de algo porque, a final de cuentas, ¿qué es el aprendizaje, cuánto se puede aprender y cómo funciona?

Para aprender objetos tangibles, primero hay que capturarlos con los sentidos, no obstante, hay otros objetos que deben ser descubiertos con el puro razonamiento, como el magnetismo, la física teórica y otras ciencias básicas. Muchas ideas tardan años en poder ser demostradas o aplicadas, como es el caso del Último Teorema de Fermat o la Conjetura (o Paradoja) de Riemann.

Uno de esos conceptos es el funcionamiento de la memoria; la conocemos por sus efectos y sus defectos; la usamos para evocar episodios de ayer o de la infancia; y abusamos de ella recordando mil detalles inútiles pero olvidando a qué íbamos al baño.

La memoria es la materia prima de los pensamientos; es el mecanismo que permite evocar datos y ponerlos en un plano donde el razonamiento los pueda relacionar para armar un nuevo concepto, como el resultado de una cuenta, una frase coherente o una imagen plástica.

Para ejecutar cualquier tarea, ya sea nombrar un objeto por medio de una palabra o formular una compleja estrategia de negocios, hay que recurrir a la memoria. Sin embargo, a pesar de ser una actividad universal y en constante operación, su funcionamiento es, a veces indomable y poco conocido.

Es un hecho demostrado que la formación de recuerdos implica la conexión entre neuronas. En algunos casos la conexión se logra mediante la repetición prolongada de un acto físico, como la mecanografía al tacto o la ejecución de un instrumento musical (incluida la voz); y en otros se logra con la repetición de un acto intelectual o a través de un episodio traumático como un accidente o el ceremonial de un episodio importante.

El caso es que la "buena" memoria es una conexión entre neuronas; mientras más fuerte sea ésta, más duradero será un recuerdo y más fácilmente podrá ser recuperado desde varios punto iniciales (como recordar cuándo es el cumpleaños de una persona, o evocar los cumpleaños de todos los amigosque cumplen en mayo).

Kelsey Martin y su equipo de la UCLA, estuvieron estudiando el sistema nervioso, realtivamente simple, de unos moluscos, llamados Aplysia Dactylomela, que parecen caracoles marinos, pero sin la cáscara. El trabajo consistió en observar cómo aparecían ciertas proteínas en las uniones sinápticas conforme se iban formando los recuerdos. Aquí está la sinopsis.

Pero, ¿dónde está la memoria?
En los mamíferos, la memoria de corto plazo está en la parte central interna de la base del cerebro llamada la circunvolución del parahipocampo.

Miller y Sweatt de la U de Alabama, demostraron en ratones que, durante una hora después de un evento memorable (como que una ratonera le aplastara el cráneo al ratón de junto), había cambios importantes en la química del ADN de las neuronas (de los sobrevivientes, claro); luego probaron que la repetición de los episodios podían modificar permanentemente la estructura química del ADN.

Cuando el cerebro presta especial atención, la información en la memoria de corto plazo es desplazada hacia el córtex del cerebro para formar registros de largo plazo; en ese viaje, la información pasa por una zona llamada Amígdala (que no creo que sea la que le extirpan a uno cuando se enferma de las anginas), en donde el recuerdo es etiquetado con varias "agarraderas" para el almacenaje permanente y recuperación selectiva.

Una de esas agarraderas es la dopamina, que identifica al recuerdo con una etiqueta placentera y, con eso, logra una mayor permanencia de la información. De la misma manera, un mal recuerdo y hasta la anticipación de una mala experiencia bloquea los sensores de dopamina y, así, resulta que un recuerdo se puede evocar o bloquear si se relaciona con una emoción.

Es posible que "doparse" provenga de "dopamina", pero yo creo que es al revés.

La Dra. Sheena Josselyn de la U de Toronto, y su equipo, encontraron que podían borrar recuerdos asociados con el miedo, mediante la anulación de ciertos mensajeros químicos de neuronas en la Amígdala. Ver detalles aquí.

Falta mucho para poder tomar fotos de los recuerdos de una persona y ponerlos en Facebook, pero queda claro que la memoria es un proceso que puede ser estimulado o inhibido por factores externos controlables.

Puesto que la memoria está asociada con el aprendizaje, no sólo de datos, sino de procedimientos, y es también requerida para generar nuevos constructos, es necesario conectar estos descubrimientos a las técnicas didácticas cotidianas.

No se trata de poner una ratonera gigante en el salón de clase para estimular la memoria de los sobrevivientes, no; hay métodos menos invasivos para promover el aprendizaje; he aquí algunos:

Se dice que una hora después de una conferencia magistral con vocecilla de duende, apenas se puede recordar el 5% de lo que se haya escuchado. Una lectura pausada de un texto claro y bien ilustrado, con buena luz, sentado cómodamente y tomando notas, aumenta la retención a 10%.

Una buena presentación, cón láminas sencillas, bien ilustradas, ligeras, ingeniosas y un buen conferencista, logran una retención de 20%. Échale un ojo al estilo de Steve Jobs.

Si la enseñanza incluye demostraciones prácticas, la retención sube al 30% y, si el discípulo participa activamente en trabajos en grupo, discute, defiende y gana discusiones, recordará hasta el 50% de lo que haya argumentado, y casi nada de lo que los demás dijeron, de ahí la importancia de "participar activamente".

La mejor manera de aprender, es tener que enseñar
La práctica de los conocimientos, dependiendo de la frecuencia con la que se repitan, permite recordar desde un 75% hasta 100% de los conceptos, y el 90% de un tema se aprende cuando se enseña a otras personas o si se aplican los conocimientos inmediatamente después de que son adquiridos.

No es raro que el estudiante prefiera preguntar a sus compañeros porque "les entiende mejor" que al mai.

Ya en la práctica, se puede decir que la gente olvida lo que oye, recuerda lo que ve, aprende lo que hace, y jamás olvida lo que siente; de ahí que la pasión del Mai sea un factor tan importante; porque si el discípulo no siente una emoción positiva en tu cátedra, su cerebro no le agregará dopamina al concepto y en diez minutos habrá olvidado cuál es la capital de Slovenia (Liubliana: "la bien amada", por cierto)

Aunque no se pueda aprender Swahili por correspondencia, hasta abrir el sobre de una carta debe ser una experiencia anticipada, agradable y prometedora de una sorpresa; como tu cátedra.

el mai

GENERACIÓN DIGITAL

Quienes nacieron de los 70s para acá, probablemente no supieron lo que era NO vivir en crisis económica, crecieron considerando la TV a color como un hecho y probablemente la recibieron en casa por cable.

Desde su temprana infancia oyeron hablar de computadoras (ordenadores allende el mar), aunque en las películas era más usual mostrarlas como obras monumentales llenas de foquitos, medidores de aguja y larguísimas baterías de cintas cinta magnética, y luego aprendieron que las PCs eran parte del paisaje doméstico. Algunos pensamos que los críos de esa generación nacieron con el ratón en la mano derecha, el teléfono celular en la izquierda y los ojos con filtros de la radiación de la pantalla.

La generación nacida entre 1970 y 2000 captó varios apodos; fue llamada la Generación en red, Milenarios, Generación "Y", o Nativos Digitales. Como quiera que se llamen, el consenso entre educadores, mercadólogos y socio-politólogos, es que las tecnologías digitales han dado origen a un nuevo tipo de estudiante, de consumidor y de ciudadano que ve al mundo de diferente manera y, sobre todo en la actualidad, se cree que nacer con el iPhone a la mano, transforma la educación (la manera de aprender), el trabajo (la manera de trabajar) y la política (la manera de obtener votos).

(suspiro) ... -En mis tiempos...
A diferencia de las generaciones anteriores, las actuales no tienen que volver a aprender nada; por ejemplo, la caligrafía o hacer cuentas a fuerza bruta, esas son habilidades de museo; los dedos de hoy ya no tienen que aporrear el teclado como los míos, que medio-aprendieron la mecanografía en Remington modelo Alcatraz, y ahora tienen que aprender a deslizarse voluptuosamente por teclados virtuales y pantallas sensibles a la mirada.

Hoy se aprende el idioma digital en inmersión total, porque los bodoques nacen ya con el código de barras, escaneados y digitalizados; luego, cuando se les ocurre decir algo importante, simplemente disparan un Youtubazo mientras que sus padres escribiríamos un ensayo o, al menos, una carta de varias páginas.

Anécdotas como ésta son usadas para apoyar los argumentos que claman por la transformación de los sistemas educativos para satisfacer a la generación digital. Se dice que un joven que no sepa operar los nuevos dispositivos es un analfaburro funcional.

Como respuesta al reto, algunos profes mudan las discusiones del aula... hacia Facebook, aplican exámenes y dejan tareas por textos cortos en los celulares porque sus discípulos ahí se sienten más cómodos; las emergencias se comunican por Tweeter y los círculos de amistades que se respeten están en www.gravity.com . Las comunidades que no estén incorporadas al uso diario de esta tecnología, se dice, pronto serán inmigrantes indocumentados en ella y sufrirán la discriminación de las mayorías.

De hecho, esto ya sucede; basta buscar empleo: primero, la mayoría de las oportunidades ya No está en la prensa impresa, sino en sitios Web y, segundo, el requisito implícito o explícito, siempre es saber moverse en la red (¿no es conmovedoramente ingenuo poner como requisito: saber paquetería?)

El trabajo en la oficina también ha cambiado. Las organizaciones con mando y control vertical, están en vías de extinción por lentas y obstruyentes, mientras que las estructuras planas, fluidas, en colaboración continua y a distancia por medio de Inter e intranet, están aplanando al mundo y acortando tiempos de operación.

-¡Pase a mi despacho!
Gracias a la era digital, los errores de trabajo ya no vienen acompañados de una buena sesión de latigazos en la plaza pública de la oficina; tales actos de retroalimentación positiva están cayendo en desuso, junto con el papel y el lápiz, simplemente porque la gente "alambrada" ya no necesita al jefe para ser informado que uno es lento, o que uno no colabora con el equipo; de eso se encargan sus pares en el equipo.

El rol del Mai está cambiando, no sólo por el uso de la tecnología, sino en su actitud. Ya no se escribe una monografía de la vaca; simplemente se copia-y-pega de Wikipedia o del rincóndelvago.com. Si siempre ha sido importante enseñar a aprender, ahora es indispensable enseñar a pensar, porque toda, absolutamente toda la información está disponible en la red, ya no hay que memorizar nada, basta saber dónde buscarla.

La información no es sabiduría
La especie humana, sin embargo, no ha cambiado; el infante forja ilusiones, el adolescente sufre inquietudes; el joven asume retos y el adulto busca responsabilidades. Eso no va a cambiar sustancialmente en el futuro cercano, digamos en cien mil años, porque esta especie es un modelo tan exitoso de supervivencia, que hasta es una amenaza para los demás seres. Lo único que está cambiando es la manera de estimular cada etapa del desarrollo individual.

Si antes la lectura de un libro producía imágenes en la mente infantil, hoy éstas, y el sonido, vienen en Imax, 3D, HDTV, sense-around y realidad virtual, y sustituyen a todo ese proceso de leer, decodificar significados, crear imágenes y generar emociones.

Sin embargo, toda esa información pre-digerida, no ha reemplazado a la inteligencia, al razonamiento o al pensamiento crítico; para eso, todavía se necesita un buen Mai (incluidos los padres de familia) que asuma un rol de guía, descubridor y formador.

De no hacerlo, el riesgo es que los medios digitales que no sean usados como simples medios, sino que,  por ignorancia, sean confundidos con la magia, sustituyan al Mai (y a los padres) y sean usados para manipular y adoctrinar a las masas juveniles al modo que los políticos, los mercadólogos o los mesías quieran.

Por ejemplo, el crimen se investiga en los medios, más que en los juzgados; la moda se impone cuando un(a) artista se pone, o se quita, un trapo de un modo u otro, y los televangelistas ya no necesitan desgañitarse de templo en templo predicando, les basta un buen estudio de vídeo, un guionista y un coach de dicción.

Tampoco es cosa de ahorcarse con cable del ratón; como en todo proceso educativo, hay personas muy avanzadas, y hay otras que sólo tienen conocimientos rudimentarios de las herramientas digitales; es cierto que algunos infantes ya saben "textear" con sus celulares de Bob Esponja, pero también es cierto que pocos jóvenes saben usar más del 5% de las funciones de una hoja de cálculo o pueden hacer una tabla automática de contenidos en su procesador de palabra.

-Pásame el USB, que me voy a confesar
La Generación Digital sólo difiere de la anterior lo mismo que ésta fue diferente de la de sus padres, es decir, muy poco. Las costumbres y la tecnología cambian, sí, pero los mecanismos cognitivos no; la memoria es la misma y los métodos para ejercitarla son los mismos que usaron nuestros padres. Lo mismo pasa con las funciones lógicas, deductivas, inductivas, etc.

No hay que confundir las diferencias demográficas, sociales y económicas con la moda tecnológica. El modelo, versión y revisión del procesador central -el neocórtex- y su software es el mismo, sólo los dispositivos técnicos -ifon, ipad, igüey- se han expandido.

Tal vez esta generación no sepa sacar a mano la raíz cúbica de Pi, no importa, nuestra tarea es enseñarle cómo se usa la calculadora para determinar el valor presente de un bono a interés compuesto de tres años. Es seguro que su caligrafía no sea la de un monje medieval y que sólo escriban con los pulgares sobre teclados de todo tipo, por eso es tan importante enseñarles a construir frases claras y convincentes: porque la máquina (aún) no sabe redactar una frase romántica o una arenga emocionante, sólo sabe escribir con 900 fuentes, muy preciso y en línea recta.

el mai.