¿Qué es la madurez?

Según Emmanuel Kant, la iluminación es salir de la inmadurez auto impuesta.

La inmadurez es la incapacidad de usar el propio entendimiento sin la ayuda de alguien. Esa inmadurez auto impuesta no se debe a la falta de conocimientos, sino a la falta de valor y de resolución para razonar sin la ayuda ajena. Quienes saben de navegación por Internet saben que este fenómeno se expresa diciendo: “me da Web” o “¡ay qué Web!”

Ese “madurar” es usar los conocimientos adquiridos por medios clásicos o encontrados en Wikipedia para crear ideas nuevas, formular planes, tomar decisiones o evaluar resultados. Es decir: lo malo no es encontrar un conocimiento en la red, sino cortarlo y pegarlo sin pensar, sin razonar y sin sacarle utilidad.

Decir que todos los conocimientos necesarios para la vida profesional están en Internet, es como decir que toda la literatura está en el diccionario. Es cierto, todas las palabras están ahí, pero hay que ordenarlas para que un pensamiento tenga sentido, como hay que ordenar lo que se encuentra en la red para que sea una idea o un argumento.

Es por eso que un desplante típico de nuestros alumnos es decir: “yo pago para que me enseñen” o bien, una excusa frecuente es la de “para qué lo aprendo, si todo está en la red”. Esto es algo muy cómodo, es una posición de inmadurez en la que el joven no quiere usar su intelecto para interiorizar la información, o sea, para aprender, y tampoco quiere usar la información externa para razonar; algunos jóvenes prefieren escuchar una conclusión y luego oponerse a ella desde la cómoda posición de la guerrilla; porque cuando somos jóvenes, lo cool es oponerse a todo, bueno, casi todo.

¿Qué podemos decir o hacer para lograr esa madurez?

Para empezar, durante la enseñanza hay que formular preguntas fundamentales (lo que se busca aprender) y de mediación (el camino hacia la primera pregunta) hasta que el sujeto alcance el estado de iluminación, es decir que descubra la verdad por sí mismo. Las preguntas se van formulando a modo de que las respuestas vayan construyendo el camino hacia lo que el Mai busca; cada una de las respuestas parciales es incontrovertible porque ha sido dada por el sujeto mismo.

Luego, el Mai sólo formula la pregunta fundamental y las preguntas de mediación se las formula el alumno.

Y la tercera etapa es que el sujeto se haga la pregunta fundamental y las de mediación.

¿Fácil? No. Este proceso hay que ejercitarlo poco a poco, repetirlo cientos, miles de veces; hasta que el estudiante decida razonar sin ayuda ajena; hasta que alcance la iluminación que describía Emmanuel Kant.

A Sócrates le costó la vida. Y tú, Mai ¿cuánto estás dispuesto a invertir?