META: LO QUE ESTÁ MÁS ALLÁ DE LO OBVIO

Cuenta la leyenda que un turista rondaba por el taller de un escultor que estaba tallando la efigie de un guerrero indígena del viejo oeste hasta que, después de varias horas de actividad fotográfica y babeante admiración, el turista le pregunta al escultor: "Oiga, ¿cómo le hace para esculpir al indio?" a lo que, tranquilamente, y sin perder ni un golpe de escoplo, el artista le responde: "¡Fácil!, toma usted un bloque de madera y le quita todo lo que no parezca un indio".

 Todo mundo sabe hacer algo, unos bien, otros mejor, cada quien tiene su habilidad y casi nadie sabe cómo fue adquirida. En la jerga de la educación lo primero es la cognición, y lo segundo es la meta-cognición.

En términos más sencillos, una cosa es lo que sabemos, y otra es saber cómo lo aprendimos; es decir, cualquiera mata pulgas, y hay más de un modo de matarlas.

No estamos hablando de la costumbre de nombrar las cosas con palabras rebuscadas que indiquen nuestro dominio de la materia o que pretendan callar a quienes no hablen la jerga del oficio; eso sólo indica nuestra incapacidad para expresarnos clara y llanamente como para que todo mundo entienda; es decir, hablar en dialecto swahili-papa-caliente sólo logra que nadie nos entienda.

Se dice "metacognición" para no decir "saber aprender" o "saber cómo aprender", pero es lo mismo. La MC (si me lo permites para ahorrar teclas y dedos), es un producto y es un proceso, y ambos toman los rasgos de la persona que trata de aprender algo.

No pienses que esto está limitado al salón de clase, al contrario, en el aula es donde menos se usa, simplemente porque el número de horas que pasamos ahí es mucho menor que las horas totales de nuestra vida en vigilia, y conste que nunca dejamos de aprender, bueno casi, si descontamos los casos de muerte alcohólica.

Tomemos un ejemplo: supón que, por primera vez en tu vida vas a emprender un viaje de estudio o de negocio a una ciudad muy lejana, digamos... Praga; vas a estar varios meses solo y sin más apoyo que tu carácter y lo que lleves en tu equipaje.

El día que llegas alguien, que medio mastica Inglés, te recibe en el aeropuerto, te lleva a la estación del tren, te indica la pared donde está el itinerario, el mapa, y te da una palmadita en la espalda para indicar sus deseos de buena suerte en tu estancia.

Tienes tu boleto, 34 maletas con todos tus recuerdos de la infancia, unas estampitas de San Cristóbal, el amuleto de la Mano de Fátima y la dirección del hotel donde vas a vivir (si lo logras descifrar y lo encuentras) durante los próximos seis meses. ¡¿Qué haces!?

Lo que respondas es el proceso de la MC: saber cómo resolver problemas, saber cómo formular planes y secuencias de acción para llegar a algo, aunque jamás lo hayas hecho antes.


Una vez que has resuelto un problema, cualquiera que éste sea, ya tienes el producto  de la MC y lo puedes repetir y transferir a otras situaciones similares, inclusive se lo puedes enseñar a otros; esto es lo que sucede en el aula: el Mai no puede aprender por cuenta del discípulo porque el aprendizaje es un fenómeno que sucede adentro de la mente del sujeto, pero el Mai le puede enseñar algunas técnicas de aprendizaje que haya descubierto por su cuenta.

En pocas palabras: aparte de exponer conocimientos, el Mai tiene que enseñar a aprender.

Si se le pregunta a una persona, por ejemplo, cómo es que logra memorizar los nombres de las personas que conoce, en realidad la pregunta significa: ¿cómo evocas el nombre de una persona al ver su efigie?, las respuestas serán tan variadas como interesantes.

Algunas personas asocian el nombre con los rasgos, o la ausencia de ellos, del sujeto; por ejemplo, Blanca Estela Pavón, famosa estrella de cine de los 50's no era blanca, ni estaba plana como una estela, pero sí se pavoneaba con gran soltura; ¡listo! su imagen se ha vuelto inolvidable.

La asociación de palabras con imágenes es una técnica memorística; como ésta, hay muchas otras maneras para recordar de todo: números, traiciones, cumpleaños, procedimientos, imágenes, sonidos, experiencias, fechas, jugadas, precios... lo que sea.

El punto es que cada aprendiz tiene que aprender sus propias técnicas descubriendo sus propios mecanismos y, además, tiene que saber cómo funcionan, y cuáles funcionan en una situación u otra, o sea, la MC incluye no  nada más la selección de un método o la planeación de cómo aplicarlo, sino la auto-evaluación del proceso de aprendizaje resultante.

Aquí surge de nuevo el tema de la motivación y el auto-lastrado; si el discípulo fracasa en el descubrimiento o diseño de sus propios métodos de aprendizaje, lo más probable es que concluya que "no es bueno para tal asignatura", y es posible que esto no sea cierto, sino que él no haya aprendido a aprender.

Ahora que está tan de moda el Coaching, se puede aprovechar su popularidad para reforzar el papel de Coach del Mai en la MC del discípulo; como su nombre lo implica, el Coach es alguien con experiencia, que señala errores, aplaude talentos, hace al Trainee repetir un acto hasta la náusea y siempre está del lado del discípulo: en las buenas y en las malas. (en la foto Charles Harrison reconforta a  Keyleigh Perry que llegó en 3er lugar en el campeonato de la PIAA AA en la carrera a campo traviesa, habiendo roto su propio  récord de pista Nov. 01, 2008 10:38AM; lee el artículo aquí, es una bella lectura de dos minutos)

Entonces, si el aprendiz no aprende, la responsabilidad debería ser compartida, porque una parte es cognitiva si el sujeto no logra o no quiere saber, y otra es metacognitiva: el Mai no lo supo entrenar para que descubriera sus métodos y adquiriera el gusto por aprender.

No se me ocurre mejor ejemplo que citar la historia de Joe Paterno, Coach de Foot Ball de Penn State; puedes leer un trocito aquí, pero, en suma es: la mejor estadística de JoePa, no era juegos ganados, o marcadores finales, su mejor estadística era, y es; cantidad alumnos graduados, porque él era coach de foot ball y jamás dejó de ser Mai; ¿cuál es tu porcentaje de graduación?-

el mai

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