DE FILÓSOFOS Y PEORES COSAS

No te preocupes, esta gacetilla no se trata de la filosofía, sino de los personajes que, aún sin el título "Horroris Causa" de alguna universidad de educación rápida, se han atrevido a pensar y a decir, con cierto ingenio, lo que están pensando.

Hay tantas definiciones de "Filosofía" como filósofos, y puede que aun más. Después de tres mil años de actividad pensante registrada, es casi imposible ponerse de acuerdo en qué entiendes por "entiendes", así que, es mejor preguntarse qué es un filósofo.

Para muchos, un filósofo es cualquiera que haga un comentario agudo sobre un acontecimiento de actualidad, que provoque, si no una reflexión profunda de dos segundos (porque nunca hay tiempo), al menos que provoque una tenue sonrisa. Mark Twain y Yogi Berra serían dos ejemplos de filósofos de a pié.

Para otros, un filósofo es alguien que ha adquirido un vetusto pergamino después de torcidas defensas de un documento, ante venerables autoridades, sobre la levedad del ser o la importancia de ser prolijo.

No falta quien dice que un filósofo es cualquiera que pone notas al calce de los escritos de Platón, como diciendo que sólo Platón fue filósofo y los demás somos sus amomegachos (Asistentes, MOzos, MEnsajeros, GAtos y CHOferes).


Aun así, me voy a arriesgar a ser el amomegacho de Platón citando uno de sus útimos Diálogos, el que sostiene Sócrates con Teeteto cuando éste le pregunta qué es un filósofo. y aquél le cuenta la historia de Tales, quien un día caminando por la calle, pero viendo a las estrellas, se tropezó y cayó en un pozo; una mucama tracia se burla diciendo que, en su afán por saber lo que pasaba en las estrellas, había ignorado lo que pasaba en sus pies. "Lo mismo pasa con los filsósofos" dice Sócrates según el relato de Platón.

Como ves, lo torcido de la filosofía no es gratuito, Sócrates no escribía mucho, o nada, pues, y su discípulo, Platón es quien relata su pensamiento y, seguramente, le pone algo, o todo, de su propia cosecha.

¿Qué es un filsósofo?
La respuesta inmediata es que un filósofo es materia para chistes; quienes piensan, son personajes para el teatro, como en "Las nubes" de Aristófanes, para las películas de tipos distraídos como  en la "Historia del Mundo, primera parte" de Mel Brooks, o son materia de libros como "Episodios Nacionales en Salsa Verde" de Marco A. Almazán.

Cuantas veces el filósofo se atreva a hablar de las cosas que están al alcance de sus pies, será objeto de la burla de las mucamas o la de los perodistas (no así, si quien habla es un futbolista): lo que diga sonará inútil, sin sentido y aparecerá simplemente como alguien tonto que dará pie a definiciones como "profesor chiflado" o "el mai" (con minúsculas).

En el diálogo, Platón también cita a Sócrates cuando se burlaba de los abogados por ser esclavos del tiempo (en las cortes griegas los casos tenían que ser presentados y resueltos en plazos de tiempo fijos y muy cortos; en esos tiempos los relojes eran de agua y eran llamados "Clepsidras" o sea, "ladrones de agua") a diferencia de un filósofo que no obedece al tiempo, que tiene tiempo para pensar y que parece que no hace nada mientras piensa.

La libertad del filósofo consiste en que tiene tiempo para moverse de un asunto a otro, o para no moverse del mismo asunto por estar perplejo, fascinado o simplemente atrapado en su curiosidad. Se toma su tiempo aunque no lo tenga.

Cualquier lector de esta gacetilla es un filósofo porque se toma un tiempo de la carrera de ratas que llamamos vida cotidiana para leer, en cuatro minutos, qué dice el loco del mai. Lo cual agradezco mucho.

La broma de Sócrates es que la gente que vive bajo la presión de sus ocupaciones y es esclava del tiempo, se deforma, se tuerce en el camino y pierde la libertad; en efecto, sus ocupaciones le roban el tiempo tanto como la clepsidra se la robaba a los abogados; por eso ahora se dice que "el tiempo es dinero".

El filósofo es libre por ser dueño de su tiempo, porque puede ver las estrellas sin cuidarse de los baches o las cacas de perro en el suelo (esta metáfora se refiere a las papas del camino, no a los demás seres no-pensantes). Más aun: el filósofo, según Platón interpreta a Sócrates, no respeta jerarquías, privilegios heredados, y ni cuenta se da de la cuna donde haya nacido el personaje con quien hable.

Mi cuerpo está entre estas paredes, pero mi pensamiento anda en otra parte
Es enajenante; la filosofía debería venir empacada con un letrero que dijera: "Este producto es nocivo para la salud", porque la filosofía a lastimado a muchos; por ejemplo, a Sócrates, a quien la clepsidra se le agotó en el tribunal antes de terminar de defender su caso y tuvo que morir por litigar lentamente, sin poder demostrar que era inocente.

Y no fue el único, casos similares han sido los de Giordano Bruno (asado por la inquisición), Spinoza (expulsado por los judíos y excomulgado por los católicos), Hume (desempleado por hereje) y hasta el infame juicio contra Bertrand Russell por inmoralidad (se casó cuatro veces), ateísmo, blasfemia y mal aliento, que le impidió ser Mai del City College of New York en 1940.

El cinismo del filósofo siempre se califica como blasfemia, indisciplina e incapacidad para trabajar en equipo por su falta de respeto a la convención social establecida. Quienes piensan fuera de la caja son políticamente sospechosos, administrativamente poco confiables y socialmente subversivos.

Sin embargo, es muy raro oir que una persona que piensa, o sea un filósofo, no sea feliz; si te fijas, cuando no hay nada que hacer, por ejemplo en el vagón del metro, en el asiento de junto en el avión o en la sala de espera del dentista, quienes traen los audífonos enchufados en la oreja, tienen el ceño duro y la mirada caída, pero quienes están pensando en algo agradable, esbozan una sonrisa muy misteriosa, como si sus pensamientos fueran inconfesables, o como si la fresa del dentista no doliera.

En la gacetilla anterior se dijo que pensamos con palabras; esto significa que pensar es hablar con uno mismo y ésta es una actividad muy peligrosa porque no nos podemos engañar a nosotros mismos; nos podemos decir cualquier secreto sin divulgarlo, y porque pensar lo que se nos pegue la rechocolatera gana (con agradecimentos a Lord JTC) es lo que nos hace libres.

Tan libres, que se podría formar una sociedad secreta de Filósofos sin Fronteras ("Los Fofos") cuyo saludo secreto sería: "Tómate tu tiempo"

el mai.

Pícale aquí: a la palabra "COMENTARIOS" y sigue las instrucciones para dejar un mensaje, aplauso, tomatazo o lo que pienses