METALURGIA ADMINISTRATIVA

Como ejemplos de la necesidad de una educación más integral y menos especializada se puede describir varios casos:

La llamada Ingeniería Biomédica es más que la intersección de algunas materias de ingeniería con algunas de ortopedia y fisiología; la verdadera ingeniería biomédica requiere que un estudiante que haya terminado la carrera de medicina con su internado y residencia, vuelva a empezar y culmine la carrera de ingeniería mecánica, electrónica, o química, según el campo donde piense desarrollarse.

Esto significa que el estudiante tiene que estar en la escuela cientos de horas adicionales para ampliar su inventario de conocimientos; la verdadera especialización no es una angostura de la ciencia, sino una ampliación y no es que el estudiante estudie menos y acabe antes, sino que estudie más materias y durante más tiempo.

Lo mismo pasa en otros campos, el abogado de patentes también debe ser litigante internacional porque, como ya quedamos, el mundo es plano. El nuevo geneticista es un químico molecular que proviene de dos disciplinas, la fisiología y la química.

La robótica, tan de moda en las películas desde los cincuentas hasta la fecha, es la fusión de la mecánica, la electrónica, el control dinámico y la psicología de la conducta.

La Administración se funde con la ingeniería industrial, que ya era una fusión de varias ingenierías; la subdivisión de la mercadotecnia no tiene razón de ser si el egresado no sabe de psicología del consumidor o no tiene conciencia de la toma de decisiones en condiciones de incertidumbre.

La misma administración ya no puede ser un cajón estanco que mira al ser humano con diferente lupa según si le interesa verlo como obrero, como empleado o como cliente. Para que un egresado de la escuela de administración encuentre trabajo, se tiene que presentar con varios, o muchos, talentos bajo el brazo.

El nuevo administrador no sólo necesita una embarrada de contabilidad, tiene que dominar nuevas técnicas de costeo, de control presupuestal y de estrategia fiscal. Debe ser un emprendedor que entienda y maneje la tecnología de diseño y manufactura de productos tecnológicos; debe ser un líder motivante y no un tirano con la nómina en la mano.

Rara es la empresa que no dice en su declaración de principios que su meta final es maximizar el retorno de la inversión, el problema es que un recién egresado de cualquier escuela es miope; le es casi imposibe ver cómo sus actos influyen sobre dicha rentabilidad, es más, no entiende porqué es importante obtener un beneficio económico (utilidades) como misión principal de la empresa.

Este asunto pone en la mesa nuevas necesidades de conocimiento del administrador. Ahora ya no es posible entender su papel en la empresa sin que entienda el papel de la empresa en la economía de su comunidad, en la calidad del medio que la rodea y en el bienestar de las personas que participan de la operación; o sea que, además de lo anterior, ahora tiene que ser economista, ecólogo y sociólogo, con matices de atropólogo y pinceladas de psicólogo.

Nada fácil de aprender en tres años de 3024 horas-bulto de asistencia a clase.

Al principio de la administración, digamos cuando los egipcios construyeron sus pirámides y el segundo piso de la esfinge para conseguir votos, era fácil distinguir los roles de cada actor; sólo había de dos tipos: trabajador-esclavo, o supervisor-cacique. No había posibilidad de confusión.

Ahora la diferencia no es tan clara, entre el trabajador-empleado y el dueño-administrador, existe una nueva casta que es es el tecnólogo-administrador. Esta nueva casta es como el dueño, porque manda, toma decisiones y tiene poder de contratación y despido, y también es como el trabajador-esclavo porque también es empleado subordinado.

Charles Handy le llama a esta relación laboral la "Organización Trébol" porque consta de tres hojas iguales y opuestas: Gestores (management), Especialistas y mano de obra flexible; cada una con sus propias metas, recursos y estrategias.

Más aun, el empleado, ya sea gestor, especialista o mano de obra, desempeña varios papeles dentro de su rol general: tiene tareas, clientes, proveedores, tipos de trabajo y objetivos intermedios que tienen que ser ejecutados en realtiva armonía interna y externa para que el total de la empresa tenga cierto éxito.

Por ejemplo, el concepto de cliente-proveedor: la ejecución del trabajo de una persona depende del trabajo de otra anterior en la cadena, y el resultado es la alimentación del trabajo de la que sigue. Siempre hay alguien antes y después de cada tarea; la aceptación de esta idea y la modificación de la conducta propia en beneficio del sistema total es tema de varias materias de estudio que van desde la motivación, hasta el liderazgo.

Este concepto puede ser visto de manera diferente según la hoja del trébol en la que se esté. Quien gestiona la organización debe darse cuenta que las personas no pueden ser manejadas como pequeños objetos que se diseñan, se colocan sobre un tablero, se miden y se controlan como máquinas en un sistema.

Finalmente son personas que tienen dotes y defectos, capacidades y límites, motivaciones y distractores, que su desempeño es variable según lo que se les alimente y sus resultados modifican al siguiente eslabón de la cadena.

El punto de vista cambia si se es especialista; en este punto de vista el rol es como el de un eje lubricado de la organización: se tiene que equilibrar las presiones de la gestión, los límites de la tecnología disponible y la voluntad de los recursos humanos disponibles.

Y si se es mano de obra flexible (esto incluye, mas no limita a los trabajadores manuales y operadores de máquinas; también están los nuevos obreros de la tecnología de camisa blanca y corbata o de tacón alto y perfume caro), uno está en contacto directo con el cliente externo, con el producto o con las materias primas que lo integran. La calidad empieza y termina aquí. Este es el punto donde la organización cumple o no sus propósitos, aquí nace el éxito o el fracaso.

Es en esta trinchera donde la motivación se convierte en un buen producto o la falta de motivación deja pasar el error, propio o ajeno, pero error a final de cuentas.

¿Dónde se aprende todo esto? sólo en un lugar: en el trabajo. Se puede aprender la definición de la motivación, se le puede analizar desde la óptica de la psicología, la antropología, el liderazgo, la creatividad y con la ayuda de diez autores diferentes, pero eso no motiva, simplemente explica cómo funciona.

La administración no es más que una de tantas disciplinas que deberían ser más generales y más prácticas. Las 3024 horas mencionadas antes, equivalen a 24 horas semanales de estudio. En Suecia se asiste desde la primaria durante 60 horas semanales, 53 en dinamarca, 44 en Bélgica y así sucesivamente. Aquí el trabajo del alumno en casa no supera una hora diaria en condiciones normales; claro que época de exámenes es más largo, pero menos efectivo porque está orientado a pasar y no a saber.

Si seguimos produciendo especialistas al vapor, seguiremos siendo un tercer mundo expectador del progreso y exportador de materias primas.