INNOVACIÓN


Todo mundo habla de la necesidad de solucionar problemas pensando "afuera de la caja" para generar nuevas ideas. Cualquier persona reconoce el mérito de quien tiene ideas diferentes y las pone en marcha, y todas las empresas se describen en su estrategia y en sus valores, como innovadores.


Si claro, pero, ¿qué es la innovación?
La innovación es una idea creativa convertida en realidad. La idea puede no ser original, podría, ni siquiera ser de la persona que la está aplicando; y ahí está la diferencia: muchos tenemos ideas, pero pocos las hacen realidad.

La idea puede ser algo tan simple como poner un puesto ambulante enfrente a la propia empresa ya establecida, o tan compleja como vender arroz en China; el punto es que los nuevos problemas, o los viejos problemas que no hayan sido resueltos, ambos, requieren de nuevas soluciones.

Y no sólo es cuestión de llenarse la boca con frases de la neo-mercachifo-tecnia, sino realmente darse cuenta de que si un problema no ha sido resuelto con las soluciones de siempre, y no se aplican nuevas soluciones, surgirán nuevos problemas derivados de los no resueltos, porque el tiempo es el gran innovador y tiene mucha paciencia.

Cuando no se afronta un problema oportunamente, éste no se soluciona solo, sino que se agrava y a su alrededor surgen nuevos problemas porque la innovación también trabaja del lado oscuro de la fuerza (y a veces, mejor que del lado soleado de la calle).


Parece no haber un asunto en el que haya más mitos, rumores, y tanta controversia y engaño como en la innovación, exceptuando talvez a la política. Muchos piensan que es más fácil renovar todo, que mejorar lo existente, y tiran el agua del baño con todo y niño.

Esto pasa por falta de atención a las fuentes de la creatividad, especialmente a la cretividad estratégica; a la que sirve para solventar problemas complejos, no determinados o poco acotados: problemas "difusos". Algunas de esas fuentes están presentes alrededor de la situación actual del problema y otras están en nuestra propia nariz, y no las vemos.

Cuatro fuentes de innovación interna
Por ejemplo, cuando tenemos un éxito inesperado, se lo atribuimos a nuestra buena suerte, carisma, presencia, peinado y loción; pero casi nunca nos detenemos a pensar en detalle a qué se debió ese éxito. Cuando algo sale bien, hay que analizar los porqués, igual que cuando algo sale mal y hacemos juntas, reflexiones, cacería de brujas y autopsias para corregir las causas.

Por el mismo tenor: tampoco es frecuente reflexionar sobre las incongruencias entre lo que pasó y lo que se esperaba que pasara, especialmente cuando son leves desviaciones y el éxito es parcial, sin llegar a ser fracaso, o los daños son aceptables frente al tamaño de los beneficios. Esas incongruencias son fuente de creatividad.

Otra: toda operación, producto, negocio, cátedra, familia, etc. tiene pequeñas fallas o ventajas que, a base de verlas diario, nos acostumbramos y nos ajustamos a vivir con ellas, y nunca las consideramos como fuentes de mejora continua.


De aquí que, cuando hay cambios paulatinos en las actitudes o en los procesos, a muchos nos agarran los dedos en la puerta, porque no vimos los indicios a tiempo o, si los vimos, no los registramos en la conciencia y menos nos preguntamos: ¿Cómo puedo aprovechar / solucionar esto, ahora que hay tiempo? porque...

Las cosas nunca están tan mal, como para que no puedan empeorar.

Los provenientes de afuera:
Cambios demográficos, sociales o macro-económicos, pero que no los conectamos directamente con nuestra actividad actual o futura; es el efecto de "a mí nunca me va a pasar". Los efectos negativos posibles pueden ser más obvios que los efectos positivos, sin embargo, a veces ni los unos ni los otros pasan al terreno de la conciencia, o bien, son desechados para no invocar malos agüeros. Los grandes cambios siempre producen muchas pequeñas oportunidades.

Evolución de las costumbres, los valores y la manera de pensar; en suma, evolución de la conducta. Estos cambios son lentos y tan profundos, que poca gente se da cuenta de su origen y, menos aun, los puede manejar a voluntad. Cada generación experimenta sus propios cambios y lo que era inconcebible para mis padres, es lo cotidiano para mis hijos.

Esos cambios de conducta dan origen a cambios en la manera de vestir, la de hablar, la de relacionarse y hasta la de aprender; esto, a su vez, son oportunidades para la moda, las comunicaciones, el turismo y la educación, que no son industrias pequeñas.

Y, finalmente, cambios en la conciencia derivados de los nuevos conocimientos; podríamos decir que son cambios inducidos o favorecidos por la tecnología. ¿Quién puede negar que los niños de hoy despiertan a la conciencia varios años antes de la edad en la que sus padres despertaron? ¿y quién niega que parte de ese anticipo se debe a la TV? Parece que los bebés de hoy nacieran con el remoto de la tele en la mano izquierda y el ratón de la compu en la derecha.

Oportunidades, oportunidades...
Los cambios no han faltado, ni faltarán; la cuestión es ¿cómo se pueden aprovechar, evitar o, al menos, moldear para beneficio del ser ser humano?

En el progreso de la sociedad, la creatividad no es el factor limitante; hay más ideas en cualquier organización , incluyendo familias, escuelas o negocios, que las que se puede poner en práctica. Ése es el cuello de la botella: pasar de la idea a la acción y de ésta al resultado.

Esta también es tarea del Mai (Tú y yo): advertir los cambios, que por obvios se vuelven invisibles, cultivar la conciencia y la creatividad para aprovechar los conocimientos; y guiar al discípulo hacia la ejecución de su propia solución innovadora.


Aunque en la actualidad las ideas y las innovaciones sucedan con vertiginosa velocidad, en la educación, como en toda gran obra, hay que tener paciencia; muchas de las innovaciones de una época, no se pueden cristalizar sino hasta la siguiente, cuando otras innovaciones subsidiarias se hayan conectado y todas funcionen en armonía; así, el gusto por una materia elemental sólo dará origen a una inovación, cuando el discípulo descubra para qué sirve tal conocimento y lo ponga en práctica con la actitud correcta.

el mai