APRENDER CONTENTOS


Cualquiera puede organizar un juego y entretener a un grupo de jóvenes; algunos Mais hasta pueden jugar con sus emociones y hacer relatos tristes, divertidos, espeluznantes o de cualquier tipo; pero pocos, muy pocos tienen el don de enseñar conceptos útiles mientras el sujeto se revuelca de risa o se queda inmóvil con el suspenso de una historia.Ese don lo tenía Jon(athan) Stone, director de Plaza Sésamo hasta 1996.

Muchos hombres y mujeres, que hoy están en la plenitud de la vida, la productividad y están cambiando el mundo, en los 70s se sentaban absortos frente a la TV para divertirse con las aventuras de Beto y Enriquito, sin saber que estaban aprendiendo estrategia competitiva.


Millones de infantes por todo el mundo no han tenido más recurso educativo que los rudimentos para contar y leer que Stone produjo en el programa de Plaza Sésamo. No parece que sea mucho: algunos números y letras, pero por algo se empieza para poder llegar a ser neurocirujano, y dudo mucho que algún exitoso profesional de la actualidad NO se haya sentado gustosamente a ver las aventuras del Conde Contar.

Sésame Street es la calle más larga del mundo
La versión original, se llama Sesame Street, se distribuye en 39 países y se ha encargado de repartir parte de la imagen del American way of life por todos los rincones. Otros 34 países tienen sus propias versiones, haciendo de este programa el más ampliamente visto por los niños del mundo. Hace poco, los huercos moscovitas comenzaron a ver Ulitsa Sezam con Enik y Vlas, más conocidos como Ernie y Bert o, de esta lado del mundo: Enrique y Beto.

La primera pedrada
Desde los primeros días de la radio y la TV, los educadores han buscado caminos para aplicar estos, aparentemente, maravillosos instrumentos educativos. Los resultados han sido una mezcla; la BBC, siempre celosa de sus deberes para con el público, dedicó mucho tiempo a producir programas (aburridísimos) adecuados a la educación infantil.


Al principio de la radio apareció la Children's Hour" y en la tele original salió Blue Peter. Tales programas tenían mucho material interesante, pero no eran más que nanas sordas para entretener niños de clase media inglesa o, al menos, esa era su intención.

¿Quién es el que anda ahí?
En los albores de la radio en México, la pionera fue la XEW. Después de varios intentos, como El Club de los Madrugadores o Cómicos y Canciones Adams, se hizo inmensamente popular Cri-Crí, el grillito cantor, que, aparte de ser muy entretenido, se ocupaba de inculcar suavemente valores familiares, escolares y humanos en los pequeños radioescuchas. En la Tele se destacó el telekinder Pepita Gomiz, Cositas y el Tesoro del Saber. Hoy brilla la obra del Canal 11, galardonada internacionalmente.

Captain Kangaroo
En los EU las cosas eran diferentes; había poca difusión de programas infantiles. Joan Ganz Cooney, una productora de los 60s sólo tenía buenas palabras para "Captain Kangaroo", en aquella época manejado por Jon Stone, nuestro sujeto de esta gacetilla.

La Srta Cooney le pidió a Stone que escribiera un guión piloto para algo que llamó: Children's Television Workshop (CTW) que ella había ayudado a formar y que estaba destinado a la televisión subsidiada por el estado; algo llamado Public Broadcasting Service (PBS).


Al principio, Stone puso algo de resistencia porque ya estaba aburrido de la Tele, y se proponía hacer algo nuevo, tal vez dedicarse a granjero en Vermont, pero se le ocurrió la idea de escribir algo de valor para una clase social condenada a crecer en el analfabetismo.

Entran los Muppets
El show ideado y escrito por Stone, y con los muñecos de Jim Henson, fue un tremendo éxito desde el principio. Como escritor y director, Stone ganó en 30 años con Plaza Sésamo 18 Emmys, los óscares de la TV.


Aparte del aplauso de la industria de la comunicación, Sesame Street le dio respeto a la televisión infantil, que por entonces no servía ni para tirarla. El concepto de educar y, al mismo tiempo divertir al sujeto, sirvió para inspirar tesis doctorales y Howard Gardner de Harvard escribió, basándose en este Show, sobre las diversas clases de inteligencia (¡sopas!) en los niños.


Salen los Muppets, entra la pedagogía
Un detalle muy a tono con la tarea del Mai, es algo que sucedió con un fulano de CTW quien se puso muy tenso cuando vio por primera vez la declaración curricular del programa y de cada uno de los episodios (los iniciados les llaman ahora "Objetivos Educativos").

La preocupación del tipo era que, si este documento en su dialecto pedagógico iba a marcar el tono de la serie, Plaza iba a ser terriblemente aburrida en lugar de ligera y vivaracha.

Stone le contestó, a nombre de los productores, que la declaración curricular no iba a marcar el ambiente de cada episodio y que si él iba a escribir un guión, prefería empezar con una meta curricular al principio de la página, que con una página en blanco.


Lo que Stone nos dice es que perseguir metas curriculares no está peleado con, ni limita a la creatividad porque hay un número infinito de maneras interesantes de expresarse ante el discípulo.


Al final de cada episodio un grupo de investigadores se reunían para evaluar si se habían alcanzado los objetivos curriculares. ¿Cómo te quedó el ojo?

Stone no era un educador profesional, él se había graduado en arte dramático en Yale y tal vez hubiera preferido ser actor, pero afortunadamente no fue así. Los escenarios de Plaza son sencillos y dramáticos; tienen más en común con Bertolt Brecht, que con la educación. Sus monigotes son conmovedoramente humanos y, sin embargo, los más famosos como La Rana René (Kermitt the Frog) no son más que una mano en un calcetín.

Trascender para inmortalizar
La aplastante aprobación cosechada por la Rana y su pandilla plantearon una pregunta a Stone: ¿Era el programa sólo una introducción a los números y las a letras? (sin importar qué tan ingeniosamente fueran presentados).

Era claro que no. Plaza Sésamo se lanzó audazmente a ofrecer a su auditorio lo que se llamó "La rica textura de la vida".  Pronto se introdujeron personajes de la vida real: un hombre ciego, una mujer muda, negros, latinos, indígenas, niños, ancianos y toda una sección transversal de la sociedad.

Un episodio trató de la muerte; Shakespeare hizo una aparición y las estrellas de cine hacían cola para ser parodiadas por los muñecos. El Show ganó dinero muy necesario al PBS con productos derivados: películas, libros, derechos y regalías del extranjero.

Este mismo concepto de muñecos que educan y parodias de personajes reales está visible en "Los Simpson".
Cuando se hizo evidente que muchos adultos veían(mos) Plaza Sésamo, Stone produjo una serie de programas para todas las edades; dos de ellos fueron relatos de viaje de los personajes por China y Japón.

Tal vez por esto es que el Show ha sido catalogado por algunos como "políticamente correcto", sin embargo, Stone realmente es un subversivo; los personajes para los que escribe: Miss Piggy, el Cookie Monster, Oscar y todos los demás, son espléndidas parodias de gente real, en situaciones reales, que vemos todos los días.

Los padres de familia de hoy pronto estarán , si no es que ya están, viendo por encima del hombro de sus hijos la parodia subversiva de los temas de actualidad.

Yo todavía tengo mi monigote de Enriquito heredado de mis hijos.

Espero que te hayas divertido.

El mai