PROPÓSITOS DE FIN DE AÑO


Si el mai alguna vez hubiera logrado cumplir todos sus propósitos de fin de año, podría escribir una gacetilla que se llamara algo así como: "siete maneras de cumplir la lista de año nuevo". Pero no, el mai sólo es experto en cómo NO cumplir con sus buenos propósitos.

Así que, se podría esperar que escribiera "mil y un maneras de NO cumplir con las metas del año" pero no te voy a aburrir con tantas formas de fracasar, sino sólo con unas cuantas.

La primera regla que he encontrado en este asunto de los objetivos personales es que la única manera de no fallar en el cumplimiento de los objetivos es no hacer listas de objetivos. Fácil ¿no? es imposible fallar de esta manera.

Así, todo lo que uno logre en los siguientes 364 días se vuelve un éxito muy reconfortante y no hay fracaso posible, ni desmotivantes remordimientos por haber perdido el papelito donde uno escribió sus propósitos.

Si no está en papel, no existe
Esta manera de actuar es muy favorecida, Muy poca gente escribe, ya no digamos en su cuaderno personal o en su bitácora diaria, sino siquiera en el reverso de un boleto del metro, lo que se pretende hacer en el año que comienza y, por eso, esta manera de no actuar es mi favorita para fallar en mis metas: porque es fácil perder los papelitos.

Si uno no se da importancia, nadie se la dará a uno
Manera número dos. Hay que ponerse unas veinte metas, y mientras más, mejor. De esta manera siempre se podrá decir que uno es muy ambicioso, que no alcanzó el tiempo para trabajar en todas, y que las que se intentaron no se pudieron cumplir porque se diluyó el esfuerzo.


Esta manera tiene una ventaja adicional: se ve uno más importante y ocupado cuando tiene uno 23 objetivos de altísima prioridad, que cuando sólo tiene dos; esto hay que dejarlo para otras personas cuyo tramo de atención sea corto.

Como corolario, si a uno le interesa sólo una meta, hay que rodearla de 22 adicionales para que la gente no sepa qué es lo que uno realmente se comprometió a hacer y de esta manera no se nota tanto la falla.

Tres.
Otra manera segura de fallar sin remordimientos vanos, es ponerse metas imposibles. Créeme, en ésta soy experto. Hay variantes de apoyo que son muy lucidoras, por ejemplo, la del plazo imposible, aquella que no hay manera de cumplirla en el tiempo asignado con recursos simplemente humanos.

En esta categoría caen las metas de titulación de una carrera en tres meses, las de aprendizaje de un idioma en seis o las que dependen de fuerzas externas incorruptibles, como la fuerza de gravitación universal ("Voy a bajar 23 Kg de peso en 20 días")

Cuatro.
Hay que fijarse objetivos que uno no quiera realmente cumplir, de esta manera, la voluntad, la inercia y el instinto empujarán todos en la dirección contraria al propósito. No falla.

Porque cuando uno se propone algo que desea profunda y violentamente, uno es capaz de cometer actos tan reprochables como actuar diario para alcanzarlo, o dejar de hacer otras actividades menos útiles como comer y dormir.

Una buena lista de propósitos de fin de año estará incompleta si no incluye metas "de castigo", de esas que implican el sacrificio de los más caros, apreciables y placenteros gustos, así, cuando se haga el balance, uno podrá decir "no, pues no lo cumplí porque habría que estar loco para pagar un precio tan alto por una meta tan absurda; debo haber estado loco cuando me la impuse"

Cinco.
Del otro lado de la simetría: ponerse metas fáciles es una excelente manera de no cumplirlas porque este tipo de objetivos tienden a caer al fondo de las prioridades y como tales, no pasa nada si no son cumplidos. No es indispensable que sean propósitos banales, pueden ser muy útiles e importantes, basta que se les asigne un valor cuantitativo muy pequeño para que automáticamente los pueda uno posponer para revisión en octubre o noviembre, cuando ya sea demasiado tarde para cumplirlos, sin que esto cause autocrítica, frustración e insomnio.

No hay que confundir este tipo de objetivos con aquellos que uno tiene asegurado que van a ser alcanzados, especialmente si ya fueron logrados y sólo falta publicar los resultados. En términos rancheros se dice que están "cinchos" y no cuentan para estas técnicas de manejo de objetivos personales precisamente porque terminan en éxito, y no en falla.

Y así podríamos seguir varias páginas más de maneras, técnicas y consejos prácticos, pero no sería útil. Ahora, si lo que buscas es cómo hacer una lista de metas anuales, comienza por eliminar la palabra "propósitos" y comienza a usar esa, la que acabo de escribir, sí, esa: "Metas". Porque los propósitos no implican compromiso alguno más que querer, desear, aspirar y gustar; mientras que metas u objetivos implican un compromiso.


Luego, invierte todas las sandeces que escribí allá arriba. Escribe tus metas, sácale seis copias, ponlas en la mesa del desayuno, en la pared de tu lugar de trabajo, en la cabecera de tu cama, en tu cartera, en el baño y dale una copia a tu pareja; ella (o él) no te dejará olvidar tu compromiso.

Ponte una, dos o tres metas. Ni una más (y tres son demasiadas); No untes la mantequilla en demasiados panes, concéntrate, enfócate, ataca con furia y pasión lo que quieras hacer, no te des la oportunidad de fracasar por dilución de esfuerzo.

Piensa, si te pones seis metas, tendrás que cumplir una cada dos meses o todas en diciembre, y esto, aparte de todo lo demás que tienes que hacer en tus labores normales bajo presión normal.

Fija metas difíciles, pero alcanzables en tiempo y forma. La cosas fallan, los tiempos fallan, la gente falla, los recursos fallan, todo puede fallar, pero si te pones metas realistas se te quitan los pretextos para que falles tú.

Escoge metas personales, al menos una. Piensa en algo que realmente quieras para ti, no lo que la familia, el trabajo, el culto o la sociedad esperan de ti; esas metas te llegarán solas. Al menos una tarea para el siguiente año debe ser algo personal porque no se debe descuidar la estructura interna; bueno, algunas almas santas viven para sacrificarse por el prójimo, pero este mai no es de esas.

Cuantifica las metas. Describe tus metas con precisión numérica, fechas, montos, cantidades concretas, observables, medibles; no digas, por ejemplo, "voy a ser feliz", sino "En junio me voy de vacaciones a París 10 días y me voy a gastar 2 000 Euros en ropa, perfumes y conciertos" (nótese que dice "me voy", no dice: "tengo el propósito de...")

Extra
Escribe algunos objetivos en otra hoja que se llame "Plan B" por si fallan los propósitos primarios. Asegúrate de no perderlos y de que los puedas cumplir en los últimos días del 2010; ¡Ah! y recuerda: todos los consejos son peligrosos porque todos los caminos pueden acabar mal, así que, no lo dudes, tampoco lo creas... mejor chécalo
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Con este número se cierra un año de publicación de la gacetilla, doy por cumplida una meta del 2009, me impongo la misma para 2010, y espero que tú, Mai (con mayúscula), te propongas leerla. Si tienes alguna idea, aplauso o jitomatazo, déjame un comentario en el espacio provisto unas líneas más abajo o mándame un Post it y te aseguro que será agradecido sinceramente, leído con atención y pegado en lugar visible.

el mai