CÓMO HACER UN BUEN MAI

Debe haber cientos de libros y sitios de internet con modelos, fórmulas, estrategias y métodos educativos para formar docentes, y debe haber miles de buen@s Mais (con mayúsculas, como tú). El problema es que l@s buen@s Mais no siempre se dan en aquellas macetas.

A través del tiempo los métodos educativos se han ido centrando en diversos factores. Primero en los contenidos; luego vinieron los enciclopedistas, después aparecieron los orientados hacia el proceso intelectual y la psicología educativa; luego llegó la moda de la tecnología educativa, los medios; la neuro-ciencia, la educación liberal y varias otras sectas, tribus y etapas.

Los administradores de la educación moderna también se visten a la moda; unos predican que hay que reforzar la lectura y la programación neuro-lingüística (¡sopas!), otros sostienen que hay que tener grupos más pequeños, o pugnan por que los padres se involucren. Los demás insisten en que hay que pasar más tiempo en la escuela o frente a una pantalla torturando al ratón o aporreando un teclado.

A pesar de todas las buenas ideas y acciones hacia un mejor sistema educativo, no parece que la educación, en total, vaya mejorando; ¡claro que siempre hay y habrá buenos discípulos! pero poco a poco todos van siendo absorbidos por la presión social fuera de la escuela.

Este problema ha sido observado y se han desarrollado varios cocientes para determinar qué variables tienen mayor influencia sobre el aprovechamiento; se ha medido la eficiencia escolar contra la edad, etnia, condición social y familiar; el tamaño del grupo, el gasto por alumno, el contenido del currículo, la duración de la clase, el clima, el calendario escolar, los incentivos económicos en forma de becas, los premios, la vida social y deportiva alrededor de la vida escolar, los gimnasios, albercas, cafeterías, jardines, conciertos y bibliotecas.

En efecto, cada uno de los factores estudiados tiene una pequeña influencia sobre el resultado académico total... excepto uno, que produce grandes diferencias: con cuál Mai estudió el discípulo.

Uno siempre recuerda a un buen Mai
Hay profesor@s que logran que sus discípulos alcancen buenas calificaciones en exámenes estandarizados, siempre arriba de los promedios de su propio segmento socio-económico; es decir, l@s alumn@s de ciertos Mais obtienen mejores grados que los que están bajo la tutela de otros instructores.

El Prof. William Sanders de la U de North Carolina, llevó a cabo estudios estadísticos longitudinales que desembocaron en el Sistema de evaluación del valor agregado en la educación (Educational Value-Added Assessment System, EVAAS, por sus siglas en Inglés), que consiste en medir la influencia del Mai, la escuela y el método educativo sobre el desempeño de los discípulos a través de su avance por los grados escolares.

La estadística involucrada es bastante compleja y ha sido muy discutida y rechazada, sobre todo por los sindicatos de maestros, porque propone que la compensación del profe dependa del aprendizaje del discípulo, y eso es un sacrilegio similar a querer compensar al Cheff por el sabor de su comida o a descontarle al plomero su salario por las fugas de agua que NO reparó. ¡Anatema!

Según William Sanders, los resultados de un alumno que haya tenido un profesor débil por tres años consecutivos, caen 50 % (bueno, dijo: "puntos percentiles", pero dame licencia poética y permíteme decir "%" para simplificar) por debajo del resultado de un estudiante similar que haya tenido un Mai fuerte durante el mismo tiempo.

Erick Hanushek de Stanford después demostró (aparte de otras cosas peores) que los Mais en el 5% superior de calidad docente son capaces de avanzar 50% más del programa de estudios en el lapso normal de un curso, es decir, sus alumnos pueden obtener notas satisfactorias respondiendo preguntas de hasta la mitad del siguiente nivel.

Por otra parte: los -inches mais en el 5% inferior no logran impartir sus cursos completos, ni en contenidos, ni en horas, ni en calendarios, y sus discípulos sólo pueden, cuando mucho, acceder y aprender el 50% del contenido del curso.

¿Un buen Mai nace, o se hace?
Se cree que un buen Mai tiene un talento parecido a la magia vudú, pero esto sólo es en parte cierto; es claro que hay ciertas cualidades naturales contenidas en el concepto de "ser un buen Mai", pero también es cierto que se puede cultivar otras de las que no fuimos plenamente dotados.

Se puede educar la voz, y se puede aprender a ser elocuente y hasta convincente; pero armar un discurso cautivador que dure cuatro horas, ocho veces a la semana... es muy difícil para quien no haya asistido a la escuela de oratoria de Demóstenes y no tenga garganta de soprano.

Como cualquier profesión, las dotes genéticas implican un llamado que se refuerza con otros factores e impulsan a una persona a seguir el camino de una profesión.

Al final de 2009, la ocupación laboral estaba distribuida así: el menor número de personas empleadas, son las que se dedican a las ciencias físico-matemáticas (que, por cierto, es la profesión mejor remunerada); unas 10 mil personas que ganan 20% arriba del promedio nacional. Ir al Observatorio Laboral.

Del otro lado de la gráfica están las ocupaciones más pobladas: quienes se dedican a las ciencias económico-administrativas son 1.5 millones, los ingenieros son 1.2 millones y los trabajadores de la educación son más de 600 mil y ganan 20% menos que el promedio. Por comparación: la profesión más favorecida en EU es la de maestro; hay 3.7 millones de personas dedicadas a la enseñanza y se espera que para 2014 este segmento crezca un millón más.

Si se supone que el futuro de un país depende de la educación, ¿por qué el ingreso del personal encargado de formar a la juventud está por debajo del promedio? Según las hipótesis de Sanders y Hanushek, porque el sistema no se puede depurar de los malos maestros, ni puede estimular a los buenos.

En otras palabras, en el sistema educativo no operan las leyes de Darwin sobre la selección natural: para cambiar de mai, el estudiante se tiene que cambiar de escuela... y quién sabe cómo le vaya con el que sigue.

Además, el estímulo económico no basta para hacer mejores mais; los programas de "Carrera Magisterial" y otros parecidos en varios países han tenido poco impacto para elevar los escores en la prueba de ENLACE (hay que picarle a "estadísticas" después de acceder) de hecho, el escore de habilidades lectoras subió en su cantidad de 'deficientes' de 12% a 17% y el de 'buenos' bajó de 45% a 42%.

No basta poner la zanahoria por delante
Entonces, si los incentivos por sí solos no producen mejores profesores, ¿cual es la fórmula secreta de los buenos Mais?

Un tal Dr. Lemov, que no es pariente del Dr. Spook, el de de Star Trek, se puso a estudiar la magia vudú de los Mais de mayor taquilla entre los discípulos y recopiló algunas perlas que indican que, más que magia, la buena práctica frente a grupo son algunas simples acciones casi inconscientes del buen Mai; por ejemplo:

  • al dar instrucciones quédate quieto, no te muevas del campo visual del grupo,
  • no hagas dos cosas al mismo tiempo, 
  • hay que ser preciso en las instrucciones, como en el fútbol, donde el entrenador no dice: "tienes que jugar mejor", sino "pégate al 10"
De estas perlas hay docenas (en las REFERENCIAS, hay 556), varias las puedes ver funcionando aquí. Todas tienen sentido, y ninguna es tan deslumbrante como las innovaciones de la tecnología, de los métodos o de las teorías educativas y, sin embargo, todas funcionan donde deben de funcionar: en el salón de clase. 

¿Por qué? 
Porque ninguna corriente le ha dado tanta importancia a que sujeto se haga cargo de su propio trabajo educativo, varias limitan la importancia del Mai en la motivación, pocas piensan que aprender es divertido y ninguna considera que ser Mai es la profesión más importante de la vida; a pesar de que, después de todo, la mente de los hijos de todo mundo está en nuestras manos, ¿no?

continuará...

el mai.

REFERENCIAS:

Clark, R. (2003). The essential 55: an award-winning educator's rules for discovering the successful student in every child. NY, USA: Hyperion.

Hay una película de Matthew Perry basada en este libro; se llama: The Ron Clark Story, Marvista Entertainment, que interpreta de manera muy divertida las técnicas del personaje original: Ron Clark.

Ramsey, R. D. (2003). 501 Tips for Teachers. NY, USA. MJF Books / McGraw-Hill Co. Inc.
Esta referencia es para quienes no creyeron que había docenas de pequeños secretos. La seccción 5 sobre desarrollo personal y motivación es muy enriquecedora.