GENERACIÓN DIGITAL

Quienes nacieron de los 70s para acá, probablemente no supieron lo que era NO vivir en crisis económica, crecieron considerando la TV a color como un hecho y probablemente la recibieron en casa por cable.

Desde su temprana infancia oyeron hablar de computadoras (ordenadores allende el mar), aunque en las películas era más usual mostrarlas como obras monumentales llenas de foquitos, medidores de aguja y larguísimas baterías de cintas cinta magnética, y luego aprendieron que las PCs eran parte del paisaje doméstico. Algunos pensamos que los críos de esa generación nacieron con el ratón en la mano derecha, el teléfono celular en la izquierda y los ojos con filtros de la radiación de la pantalla.

La generación nacida entre 1970 y 2000 captó varios apodos; fue llamada la Generación en red, Milenarios, Generación "Y", o Nativos Digitales. Como quiera que se llamen, el consenso entre educadores, mercadólogos y socio-politólogos, es que las tecnologías digitales han dado origen a un nuevo tipo de estudiante, de consumidor y de ciudadano que ve al mundo de diferente manera y, sobre todo en la actualidad, se cree que nacer con el iPhone a la mano, transforma la educación (la manera de aprender), el trabajo (la manera de trabajar) y la política (la manera de obtener votos).

(suspiro) ... -En mis tiempos...
A diferencia de las generaciones anteriores, las actuales no tienen que volver a aprender nada; por ejemplo, la caligrafía o hacer cuentas a fuerza bruta, esas son habilidades de museo; los dedos de hoy ya no tienen que aporrear el teclado como los míos, que medio-aprendieron la mecanografía en Remington modelo Alcatraz, y ahora tienen que aprender a deslizarse voluptuosamente por teclados virtuales y pantallas sensibles a la mirada.

Hoy se aprende el idioma digital en inmersión total, porque los bodoques nacen ya con el código de barras, escaneados y digitalizados; luego, cuando se les ocurre decir algo importante, simplemente disparan un Youtubazo mientras que sus padres escribiríamos un ensayo o, al menos, una carta de varias páginas.

Anécdotas como ésta son usadas para apoyar los argumentos que claman por la transformación de los sistemas educativos para satisfacer a la generación digital. Se dice que un joven que no sepa operar los nuevos dispositivos es un analfaburro funcional.

Como respuesta al reto, algunos profes mudan las discusiones del aula... hacia Facebook, aplican exámenes y dejan tareas por textos cortos en los celulares porque sus discípulos ahí se sienten más cómodos; las emergencias se comunican por Tweeter y los círculos de amistades que se respeten están en www.gravity.com . Las comunidades que no estén incorporadas al uso diario de esta tecnología, se dice, pronto serán inmigrantes indocumentados en ella y sufrirán la discriminación de las mayorías.

De hecho, esto ya sucede; basta buscar empleo: primero, la mayoría de las oportunidades ya No está en la prensa impresa, sino en sitios Web y, segundo, el requisito implícito o explícito, siempre es saber moverse en la red (¿no es conmovedoramente ingenuo poner como requisito: saber paquetería?)

El trabajo en la oficina también ha cambiado. Las organizaciones con mando y control vertical, están en vías de extinción por lentas y obstruyentes, mientras que las estructuras planas, fluidas, en colaboración continua y a distancia por medio de Inter e intranet, están aplanando al mundo y acortando tiempos de operación.

-¡Pase a mi despacho!
Gracias a la era digital, los errores de trabajo ya no vienen acompañados de una buena sesión de latigazos en la plaza pública de la oficina; tales actos de retroalimentación positiva están cayendo en desuso, junto con el papel y el lápiz, simplemente porque la gente "alambrada" ya no necesita al jefe para ser informado que uno es lento, o que uno no colabora con el equipo; de eso se encargan sus pares en el equipo.

El rol del Mai está cambiando, no sólo por el uso de la tecnología, sino en su actitud. Ya no se escribe una monografía de la vaca; simplemente se copia-y-pega de Wikipedia o del rincóndelvago.com. Si siempre ha sido importante enseñar a aprender, ahora es indispensable enseñar a pensar, porque toda, absolutamente toda la información está disponible en la red, ya no hay que memorizar nada, basta saber dónde buscarla.

La información no es sabiduría
La especie humana, sin embargo, no ha cambiado; el infante forja ilusiones, el adolescente sufre inquietudes; el joven asume retos y el adulto busca responsabilidades. Eso no va a cambiar sustancialmente en el futuro cercano, digamos en cien mil años, porque esta especie es un modelo tan exitoso de supervivencia, que hasta es una amenaza para los demás seres. Lo único que está cambiando es la manera de estimular cada etapa del desarrollo individual.

Si antes la lectura de un libro producía imágenes en la mente infantil, hoy éstas, y el sonido, vienen en Imax, 3D, HDTV, sense-around y realidad virtual, y sustituyen a todo ese proceso de leer, decodificar significados, crear imágenes y generar emociones.

Sin embargo, toda esa información pre-digerida, no ha reemplazado a la inteligencia, al razonamiento o al pensamiento crítico; para eso, todavía se necesita un buen Mai (incluidos los padres de familia) que asuma un rol de guía, descubridor y formador.

De no hacerlo, el riesgo es que los medios digitales que no sean usados como simples medios, sino que,  por ignorancia, sean confundidos con la magia, sustituyan al Mai (y a los padres) y sean usados para manipular y adoctrinar a las masas juveniles al modo que los políticos, los mercadólogos o los mesías quieran.

Por ejemplo, el crimen se investiga en los medios, más que en los juzgados; la moda se impone cuando un(a) artista se pone, o se quita, un trapo de un modo u otro, y los televangelistas ya no necesitan desgañitarse de templo en templo predicando, les basta un buen estudio de vídeo, un guionista y un coach de dicción.

Tampoco es cosa de ahorcarse con cable del ratón; como en todo proceso educativo, hay personas muy avanzadas, y hay otras que sólo tienen conocimientos rudimentarios de las herramientas digitales; es cierto que algunos infantes ya saben "textear" con sus celulares de Bob Esponja, pero también es cierto que pocos jóvenes saben usar más del 5% de las funciones de una hoja de cálculo o pueden hacer una tabla automática de contenidos en su procesador de palabra.

-Pásame el USB, que me voy a confesar
La Generación Digital sólo difiere de la anterior lo mismo que ésta fue diferente de la de sus padres, es decir, muy poco. Las costumbres y la tecnología cambian, sí, pero los mecanismos cognitivos no; la memoria es la misma y los métodos para ejercitarla son los mismos que usaron nuestros padres. Lo mismo pasa con las funciones lógicas, deductivas, inductivas, etc.

No hay que confundir las diferencias demográficas, sociales y económicas con la moda tecnológica. El modelo, versión y revisión del procesador central -el neocórtex- y su software es el mismo, sólo los dispositivos técnicos -ifon, ipad, igüey- se han expandido.

Tal vez esta generación no sepa sacar a mano la raíz cúbica de Pi, no importa, nuestra tarea es enseñarle cómo se usa la calculadora para determinar el valor presente de un bono a interés compuesto de tres años. Es seguro que su caligrafía no sea la de un monje medieval y que sólo escriban con los pulgares sobre teclados de todo tipo, por eso es tan importante enseñarles a construir frases claras y convincentes: porque la máquina (aún) no sabe redactar una frase romántica o una arenga emocionante, sólo sabe escribir con 900 fuentes, muy preciso y en línea recta.

el mai.