PARA HABLAR CON UN HUMANO, MARQUE LA TECLA "9"

Sin darnos cuenta, poco a poco, y en aras de la reducción de costo(e)s, la comodidad y la diversión, el ser humano ha ido cediendo terreno a la tecnología. A nadie extraña que, si alguien no quiere o no puede contestar personalmente al teléfono, se escuche una grabación que lo invite a dejar un mensaje con la promesa de que el receptor se comunicará con uno en cuanto pueda.

Sin embargo, poca gente deja mensajes, menos aun deja recados coherentes y casi nadie cumple la oferta automatizada de comunicarse con quien llama; pareciera que la promesa recibida de la grabación no fuera necesario cumplirla y que la grabación del mensaje que dejamos fuera material digestivo de la misma grabadora.

Lo mismo pasa con la educación "en línea", como que un conocimiento que resida en la computadora no es necesario aprenderlo; si ya está en línea, ¿para qué hay que saberlo?; hemos cedido casi todo el conocimiento a la Wikipedia.

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Apriete el botón y olvídese
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Lo mismo se puede decir de la lavadora de ropa, la secadora, el microondas o de la lava-platos: basta girar la perilla a "normal" y apretar un botón, para que la máquina ejecute un programa preconcebido de lavado. No importa si los platos tienen grasa incrustada del asado de jabalí de ayer o restos de alfalfa germinada del almuerzo, todo se lava con la misma cantidad de agua, detergente y electricidad. La máquina así lo dictamina y nadie ha tenido tiempo de leer las instrucciones, ¿para qué? si la máquina lo hace sola.

El asunto ya llegó al automóvil por medio del GPS, ya no hay que saber leer un mapa, ahora hasta resulta divertido dar la vuelta al contrario de como ordena la dulce voz del aparato, nada más para ver cómo éste se esfuerza para encontrar una nueva ruta que corrija el camino del inepto humano al frente del volante.

En fin: nos acercamos rápidamente a una situación en la que las máquinas son cada vez más inteligentes y los humanos somos cada vez más dependientes de ellas. Quien no lo crea, asómese a las especificaciones de cualquier teléfono portátil en la actualidad: tienen todas las características y prestaciones que uno se pueda imaginar y algunos hasta sirven para hacer llamadas telefónicas.

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Impuntualidad por falla del despertador
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Nuestra dependencia se puede demostrar fácilmente; ¿te imaginas vivir, digamos el próximo sábado o domingo, sin energía eléctrica, gas ni teléfono, dejando el auto en la cochera y los autobuses en la terminal, y olvidando el reloj en un cajón por 24 horas?.

Mucho antes de que se descompongan los alimentos en el refri ya habremos enloquecido con el silencio de la tele y de la radio; habremos sufrido de una úlcera estomacal por el aburrimiento y nos habremos ido a dormir al caer sol con el estómago vacío y la vana esperanza de caer en la inconsciencia hasta el día siguiente.

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Tome una ficha y espere su turno
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Esa es la situación actual. ¿Podrían las máquinas llegar a tomar el control total de lo que llamamos vida? No estamos lejos: en este momento los semáforos nos tienen bien aleccionados y la regla universal de la existencia humana es " Si usted no está en la computadora, usted no existe".

Este fenómeno no es nuevo, simplemente es una variante tecnológica de la evolución de las especies en el que los seres mejor adaptados al medio desplazan a los que no logran adaptarse y prevalecer. Las especies superiores siempre sustituyen a las inferiores; es la ley de la vida.

Los mamíferos de América del norte, ligeramente superiores, desplazaron a lo marsupiales de América del sur cuando los continentes se unieron, en lo que hoy es Panamá, hace unos tres millones de años; hoy el ser humano ha intervenido en la evolución y en la extinción de muchas especies de vegetales y animales. Más de la mitad de la soya que se cosecha es de especies manipuladas genéticamente y lo mismo pasa con un tercio del maíz actual.

El mandato bíblico de "creced y multiplicaos" es divertido y lo hemos hecho muy bien, puesto que ya somos más de seis mil millones de almas, pero la parte de "domina la tierra, los peces y las aves, etc" no la hemos cumplido porque el mandato era de reposición, no de extinción y en este momento se está gestando no sólo la extinción de animales y vegetales, sino la de la propia especie humana.

No es que el homo sapiens no haya superado varias hecatombes en su historia; ha sobrevivido guerras, epidemias y desastres naturales de enorme escala; nada más que ahora, apoyándose en la tecnología, le ha agregado nuevas amenazas a la vida.

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BNQ
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Durante el siglo pasado el hombre desarrolló tres amenazas de destrucción masiva: la Biológica, la Nuclear y la Química (BNQ, para acortar); las tres fueron inventadas bajo los auspicios de los estados bélicos y fueron controladas por sus respectivos agentes militares. A pesar de ser armas de destrucción masiva, hasta la fecha no ha pasado nada tan grande que amenace a la totalidad de la especie porque la producción de las tres armas requiere de grandes recursos tecnológicos y productivos que son dominados y controlados por unos cuantos en el poder. Eso no quita que ya hayan sido usadas contra poblaciones enteras.

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Entra la GNR
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Las promesas de una vida mejor del siglo XXI son la Genética, la Nanotecnología y la Robótica (GNR, para ahorrar saliva) y están en manos privadas o, cuando mucho, en las de instituciones autónomas. Las tres auguran una vida mejor, más saludable, más prolongada y más cómoda, pero también contienen amenazas que no podemos más que imaginar.

No porque la GNQ sean diabólicas, desde luego que no, las tres tienen aspectos y beneficios extraordinariamente positivos para lograr una vida mejor, sino porque cada una de ellas también está disponible para el lado oscuro de la fuerza.

La tecnología a evolucionado vertiginosamente en los últimos diez o quince años; y cada vez avanza más rápido (gracias a las máquinas) por lo mismo, se puede decir que los gobernantes de las naciones en 2034, hoy están en el aula de la educación media superior; el inventor de la quinta generación de celulares y el de la cuarta de internet acaba de entrar a la universidad y la investigadora de avanzada en la manipulación genética está en este momento cursando Biología Molecular 101.

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Lo bueno y lo malo del futuro
está sentado en nuestras aulas.
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La vacuna y el remedio del cáncer podría estar en manos de un estudiante de química, pero nada impide que se desvíe mañana y que decida mejor sintetizar una nueva droga enervante que pueda ser producida en la cocina de cualquiera, con la excusa de que los políticos ya legalizaron el consumo individual.

La tecnología descontrolada nos puede hacer desaparecer de tres maneras: por ignorancia, por accidente o por terrorismo y las tres pasan por las acciones individuales de alguno de nuestros discípulos actuales.

No digo se pueda cocinar una nueva cepa de dengue o de fiebre hemorrágica en casa, pero un pequeño descuido en un laboratorio de microbiología podría producir suficiente cantidad de un virus genéticamente mutado a partir de una sola gota de sangre infectada.

La manipulación genética es un poco más complicada y costosa, pero ya está al alcance de un laboratorio de tamaño medio con capacidad, digamos de fertilización in vitro.

La Nanotecnología es un campo más o menos novedoso y, por lo tanto, menos diseminado, pero no por eso es secreto o está bajo control de nadie; al contrario, casi todo está en manos privadas o autónomas. Esta tecnología es muy fácil de adquirir, salvo la que está protegida por patentes para su comercialización inmediata, la demás ya se la encuentra uno en libros de texto universitarios, no en los de ciencias políticas, claro.

Por ejemplo, hay un péptido de 32 aminoácidos que se puede replicar a sí mismo indefinidamente sin asistencia externa por medio de una reacción autocatalizada.

La Robótica elemental ya se vende en las jugueterías, y la avanzada está en cualquier tienda en línea de novedades electrónicas. Combina las tres tecnologías GNR en un sólo escenario, ponlas en manos de un líder mesiánico y tienes un nuevo jinete apocalíptico capaz de desaparecer de la faz de la tierra a una tribu, a una ciudad, a una nación o a la especie entera en unos cuantos meses o años a lo sumo. La imagen de aquí arriba es de un robotito que tiene una fotocelda que lo energiza, se comunica por señal infraroja y se mueve mediante tres patitas.

Antes de que la basura nos cubra, antes de que el calentamiento global haga subir el nivel del mar hasta ahogarnos y mucho antes de que el petróleo, el viento y la luz solar se agoten, es posible que los antibióticos actuales dejen de ser eficaces por el abuso y la auto-medicación, eso es algo que nos amenaza de inmediato.

En este juego de la vida hay tres poderes: el ser humano, las máquinas y la naturaleza, yo desde luego apuesto por el ser humano, el problema es que la naturaleza está del lado de las máquinas ya que éstas obedecen ciegamente sus leyes y nosotros tratamos de violarlas por cualquier medio.

Lo único que está de nuestro lado en este juego es la ética personal que controle nuestros inventos y su uso, y ésta se aprende en casa y en el aula. Ese... es nuestro trabajo.

el mai